Uno de los principales problemas de Barrancabermeja, así como de casi todas las ciudades del país y el mundo, es el manejo de los residuos que genera la población.
En la economía actual, marcada por altos niveles de consumo, se producen residuos de manera creciente, en especial materiales de un solo uso, como plásticos y papeles de envases, cubiertos, vasos, etc. esos desechos terminan en rellenos, donde simplemente se entierran, sin ningún tipo de proceso de selección para reúso o reciclaje.
Sencillamente se esconde el problema.
Y ya sabemos a dónde nos ha llevado la situación, la contaminación de la tierra y las fuentes de agua, el deterioro ambiental, la emisión de gases de efecto invernadero y el cambio climático.
Esta no es una situación nueva, han pasado décadas de esta problemática, pero es momento de empezar a tomar acciones para disminuir la cantidad de residuos que se producen y de hacer algo para darle un nuevo destino a muchos de los desechos que se producen.
Barrancabermeja lleva años luchando con sus botaderos de basura, en especial con los efectos de estos sobre el medio ambiente, pero se ha hecho para incidir en un cambio cultural que lleve a disminuir la cantidad de desechos que cada hogar de la ciudad produce.
Más allá de tímidas y esporádicas campañas de reciclaje, sin impacto real sobre la población y las empresas, y con una práctica de reciclaje esporádica y bastante limitada, no se hace un verdadero esfuerzo por reciclar residuos en el distrito.
Y esto ha llevado a que se sigan enterrando toneladas de materiales que podrían ser recuperados, ocasionando la contaminación de no solo metros cúbicos de tierra sino también de aguas subterráneas y superficiales con materiales tóxicos y micro plásticos producto de la degradación de materiales que podrían ser reciclados.
Lo paradójico es que Barrancabermeja es una ciudad que conoce como la intervención del hombre tiene efectos sobre la naturaleza.
Cien años de industria petrolera han dejado sus huellas sobre el medio ambiente, y a pesar de haber vivido en carne propia esas consecuencias hay poca conciencia ambiental en el distrito, y poco se hace por cuidar y preservar los ecosistemas que aún sobreviven en el entorno local.
No hay datos claros acerca de cuanto se recicla en el distrito, cuantas toneladas de materiales (plástico, papel, cartón, metal, vidrio, etc.) reciclan las empresas encargadas del manejo de las basuras, que hace el gobierno distrital y departamental para fomentar y apoyar el reciclaje en la localidad, entre otras cuestiones.
Hasta los denominados ambientalistas poca incidencia hacen en la materia, no se habla mucho del tema y este pasa a un segundo o tercer plano.
La realidad distrital es clara, es necesario disminuir la cantidad de residuos que llegan al botadero de basura, tanto para alargar su vida útil como para evitar contaminar más.
Y eso solo es posible produciendo menos residuos y reciclando más.
Pero en este momento no hay ni una política clara, ni acciones efectivas desde el gobierno local para que tanto población y empresas como las compañías encargadas de los desechos, reciclen materiales y beneficien a la comunidad y al medio ambiente.
En pleno siglo XXI Barrancabermeja sigue con una agenda ambiental bastante atrasada, que poco aborda temas como la disminución de la huella de carbono, el cambio climático o el reciclaje.
No es posible que se sigan enterrando toneladas de desechos sin hacer un proceso de selección de materiales para reusar y reciclar.
Es necesario que la comunidad conozca los esfuerzos hechos en la materia y lo que falta por hacer.
Es cierto que hay riesgos de contaminación de fuentes de agua y de la tierra por culpa de las basuras, y esto podría disminuir si se generan menos desechos desde los hogares y empresas, además de si se recicla.
En estos tiempos de crisis producto de la pandemia se deberían realizar esfuerzos para generar una verdadera cultura del reciclaje entre la población, y por otro lado favorecer emprendimientos entorno al aprovechamiento de materiales de desecho.
Esa debería ser una prioridad del gobierno local, pero es un tema de poco interés, lo que ha llevado a que después se generen las disputas sobre la gestión de las basuras y el problema de los botaderos.
Se hace necesario que desde la academia se lidere un nuevo acercamiento al reciclaje, en especial considerando el conocimiento y experiencia que tiene la INUPAZ, que podría acompañar al gobierno distrital y a la comunidad en ese proceso.
La recuperación y conservación del medio ambiente requieren un cambio en las costumbres de la gente y eso requiere tiempo y acciones de transformación cultural, que deben ser concebidas desde la academia e implementadas por la administración distrital.
No hay espera para empezar a reciclar y reusar, más cuando Barrancabermeja aspira a ser un referente de turismo ecológico.
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