Estos 2 personajes que ustedes ven aquí son Eduardo Garcia Rueda (izquierda, líder político de la ANAPO a finales de los años 60) y el otro es Álvaro Carvajal Vecino (a la derecha, líder político del partido Liberal y a quien todos recuerdan porque fue el que metió a Horacio Serpa en la política hace 50 años).
Les voy a narrar una de las historias que protagonizaron estos dos líderes políticos en aquella época, año 1968.
EL DÍA QUE VINO POR PRIMERA VEZ A COLOMBIA UN PAPA DE LA IGLESIA CATÓLICA.
El 22 de agosto de 1968 visitó por primera vez al continente americano, y por supuesto a Colombia, un Papa de la Iglesia Católica … Se trató del Papa Paulo VI … por esa razón hay una gran urbanización en el occidente de Bogotá que se llama Paulo VI, que el gobierno de la época del expresidente Carlos Lleras Restrepo inauguró aprovechando la visita del Santo Padre.
En Barrancabermeja ya existía la emisora La Voz Del Petróleo, que por aquellos tiempos quedaba ubicada en el 4o piso del edificio al frente donde hoy está la Clínica San Nicolas sobre la avenida del Ferrocarril con carrera 18.
La emisora era propiedad del médico, Eduardo Garcia Rueda, un galeno que comenzó trabajando en la botica de Ecopetrol (dentro de la Refinería de Barrancabermeja), pero que terminó renunciando a la empresa para dedicarse de lleno a la política.
Eduardo Garcia se hizo llamar CASIMIRO, en atención a un Radio Periódico que se transmitía por la emisora a las 12 del medio día al que llamó CASIMIRO COMENTA … «El Personaje que NO se mete con nadie, pero si lo buscan … lo encuentran».
Por cuenta de ese Radio Periódico —y aprovechando el auge que tuvo en esa época el partido político ANAPO bajo la dirección del General Gustavo Rojas Pinilla— el médico Eduardo Garcia Rueda logró, por aquellos tiempos, la hazaña de llegar a la Cámara de Representantes con 10 concejales que le daban una aplastante mayoría en el Concejo Municipal de B/bermeja.
Casimiro sabía que gran parte de su popularidad se debía a la sintonía de su Radio periódico y por eso contrató a un excelente LOCUTOR, totalmente desconocido en Barrancabermeja, de nombre Humberto Saldarriaga Valencia, con excelente entonación, buena vocalización, voz potente, grave, profunda y muy agradable en su tono, pero con algo muy particular … Saldarriaga (como no era de Barranca y era totalmente desconocido) … «NO tenía Rabo de Paja».
No tener «Rabo de Paja» (o por lo menos que no se lo conocieran) le servía para meterse con todo el mundo y Casimiro —con mucha habilidad política— lo usaba para que atacara al Partido Liberal … Esa era una fortaleza formidable y así lo entendía Casimiro desde su madriguera donde orquestada los perversos ataques.
Desde su Radio Periódico ‘Casimiro Comenta’ el médico fustigaba duro a la clase política adversaria que estaba representada —particularmente— por el Partido Liberal que en esa época dirigía en nuestra ciudad el abogado ALVARO CARVAJAL VECINO (a quienes todos reconocen como el personaje que relacionó e involucró a HORACIO SERPA con la política barranqueña).
Humberto Saldarriaga (el locutor) arremetía todos los días muy duro contra el Partido Liberal y esas intervenciones radiales ya tenían molesto al abogado Carvajal, quien con el olfato de un perro viejo un día dijo: «A mí me parece que este tipo Saldarriaga debe tener algo escondido … No entiendo como un excelente locutor como él … (decía con malicia CARVAJAL) … esté trabajando escondido en Barrancabermeja».
Para Carvajal no tenía sentido que un locutor con una voz tan bonita no estuviera mejor en Bogotá.
Y era cierto, en esa época nuestra ciudad era totalmente escondida porque NO existía la vía B/bermeja a Bucaramanga y para trasladarnos a la capital del departamento tocaba por la vía San Vicente por una trocha, cuyo recorrido duraba 5 a 6 horas en un extenuante viaje demoledor.
Así las cosas, el abogado Álvaro Carvajal Vecino se dio a la tarea de investigar los antecedentes judiciales del locutor Humberto Saldarriaga Valencia y se encontró con tamaña sorpresa … El locutor tenía una orden de captura por un delito cometido en Pasto (Nariño).
Los liberales —encantados de la dicha— se frotaron las manos e informaron a las autoridades que Saldarriaga «se hallaba en Barrancabermeja» … y procedieron a buscarlo a su apartamento para privarlo de la libertad y al día siguiente armar un show mediático en contra de la Anapo y Casimiro y mostrar a Saldarriaga como un «trofeo».
Cuando las autoridades llegaron al sitio de la vivienda, Saldarriaga —preocupado, nervioso y sin control— les dijo a los agentes que «antes de salir con ellos le permitieran entrar a su habitación para sacar algunos artículos de uso personal» … Los policías aceptaron la solicitud y ya adentro de la pieza, Saldarriaga cogió una pistola que tenía sobre su mesa de noche y se pegó un tiro en la cabeza perdiendo la vida de manera inmediata.
Esa ocasión casi nadie supo de lo que pasó con Saldarriaga porque, justo en ese momento (22 de agosto de 1968), estaba arribando al Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá, su Santidad El Papa Paulo VI y la gente estaba emocionada, pegada a la radio y a los pocos televisores en blanco y negro de la época, mirando la llegada del Pontífice.
Ese día —según decían— el Papa besó tierra colombiana y se generó un escándalo en los medios de comunicación porque los feligreses católicos se enloquecieron con picos y palas escarbando la pista del aeropuerto El Dorado para obtener un «pedacito» de la fracción del terreno que había besado el máximo jerarca de la Iglesia Católica (una locura similar como cuando el hielo llegó a Macondo).
Al día siguiente en Barrancabermeja (como ocurre hoy en día) y tras el fallecimiento de Saldarriaga, cada bando político puso su versión de los hechos con relación a la muerte del infortunado locutor.
Los Liberales —encabezados por el abogado Carvajal Vecino— salieron por la Emisora Barrancabermeja y Radio Pipatón diciendo que Saldarriaga era un delincuente y que Casimiro «vivía rodeado de bandidos y malhechores en la emisora».
Por su lado el médico Eduardo Garcia Rueda (Casimiro), astuto y para no perder credibilidad, les dijo a sus oyentes: «Ayer 22 de agosto de 1968, justo en el momento en que el Papa Paulo VI tocaba tierras colombianas en Bogotá, … nuestro locutor y amigo Humberto Saldarriaga Valencia se emocionó tanto, tanto, tanto … que fue víctima de un fulminante ataque cardíaco … Hoy HUMBERTO está al lado de Dios y los Ángeles en el Reino de los Cielos.
Me parece —sinceramente— que la gente le creyó más a Casimiro, pero los Liberales, gracias al fino olfato de Carvajal Vecino pusieron punto final a las intervenciones de un locutor irreverente.
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