Por: Alberto Cotes Acosta.
En tiempos de corrupción es cuando más leyes se dan. – Etienne Bonnot de Condillac.
Nos acostumbramos en Barrancabermeja a que las campañas políticas sean ‘sangrientas’ con partidarios de unas y otras campañas que —en lugar de promocionar las ideas, planes y proyectos de sus respectivos candidatos— se dedican a vituperar a los otros candidatos, a crear falsos rumores, a inventar situaciones que muchas veces rayan en lo absurdo, utilizando toda suerte de estrategias y tácticas que se apoyan en perfiles falsos en las redes sociales con panfletos y toda suerte de pasquines.
Pero lo que faltaba para ‘adobar’ ese clima, es que las autoridades —que se supone deben velar por la buena marcha de los comicios, no solo el día de las elecciones, sino en el transcurso de la campaña— se prestaran a ese ambiente adverso y por demás desfavorable.
Primero un candidato que ‘plagia’ el Programa de Gobierno de un alcalde en ejercicio, de una ciudad totalmente diferente a la nuestra, quien es puesto públicamente en evidencia y que, tranquilamente, sale a decir que: “a la gente de carne y hueso el plagio no les importa”, como si cada uno de nosotros, los ciudadanos, no le enseñáramos a nuestros hijos que la ‘copialina’ está mal y se castiga con la pérdida de la materia (por parte del profesor) o con unos cuantos reglazos en casa; pero lo peor es que NINGUNA autoridad electoral se pronuncie al respecto, ni ninguna de las llamadas ‘ías’ abre ni siquiera una indagación preliminar.
—¿Será por qué el candidato de marras al parecer representa los intereses de la Policía?
Pero aquí no termina todo.
Posteriormente viene toda una ‘película de terror’ con el tema de la aprobación de las firmas que (2) dos grupos representativos de ciudadanos presentaron para avalar la candidatura a la alcaldía de dos candidatos y otro grupo de ciudadanos para avalar una lista al Concejo Municipal.
La noticia se conoció gracias a la filtración oprobiosa de un documento interno de la Registraduría y que tuvo escenarios disímiles, en donde, a mi manera de ver, se trató de un asunto de interpretación de las normas.
Me explico, por un lado los contratistas de la Registraduría (¿falló la inducción acaso?) que consideraban que al no tener un gran número de registros la fecha exacta en la que los ciudadanos estamparon su firma, esos registros debían anularse; y por el otro lado, los candidatos afectados y la Procuraduría General de la Nación, manifestando que esa circunstancia no podía coartar la voluntad de los ciudadanos.
Finalmente se impone la tesis de la Procuraduría y son avaladas las firmas. ¿Ganó la democracia? En principio a mí me parece que sí, pero me asaltan de contera las siguientes preguntas:
¿Quién responde por el daño colateral?
¿Cuánto dinero deben gastar los candidatos perjudicados y ahora reivindicados para contarle a toda su gente la noticia?
¿Quién le repone la honra a los candidatos ahora reivindicados ya que muchos ciudadanos dudaron de ellos?
¿Quién le repone la honra a Serpa, a Darío Echeverri y al Partido Liberal que los acusaron de ser las que llamaron “fuerzas oscuras”?
¿Quién le repone la honra al dirigente político Néstor Riaño al que muchos le endilgaron —en el caso de Liliana de Cote— las fallas en la recolección de las firmas, y hasta insinuaron que se había robado el dinero que se dispuso desde la campaña para esa labor?
¿Quién le responde a aquellos que abandonaron el barco o se voltearon y ahora les queda difícil —sino imposible— volver? ¿Qué tal que alguno de esos dos candidatos gane?
¿Quién le responde a los otros candidatos que con ese golpe de opinión de los candidatos ahora reivindicados, se ven afectados en la intención de voto?
¿Se debe subir el monto que deben gastar las campañas?
¿Hay garantías?
¿Por qué la Policía Nacional no se ha pronunciado en cuanto a la utilización del nombre de su institución en una de las campañas políticas?
¿Por qué los organismos de control no investigan si es cierto que hay “fuerzas oscuras” que intervienen en las elecciones locales?
¿Quiénes son esas “fuerzas oscuras”? ¿Quiénes están detrás?
¿Por qué en esta campaña proliferan camionetas, automóviles y toda suerte de automotores con placas de Medellín y de Envigado?
Mejor dicho, está visto que lo que corresponde a nuestra ciudad … ¡EN BARRANCABERMEJA … SE ‘PERRATEARON’ LAS ELECCIONES!
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ALBERTO COTES ACOSTA es un habitual columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL. Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]