Inicio Hernando Florez La drogadicción: ¿delito o un factor esencial de la inseguridad en el...

La drogadicción: ¿delito o un factor esencial de la inseguridad en el puerto petrolero?

hernandoPor Hernando Flórez Anaya

La inseguridad que  vivimos por estos días en Barrancabermeja, está íntimamente ligada al creciente flagelo de la drogadicción, el cual se ha venido tomando las calles de las ciudad, convirtiéndose en un factor determinante de la creciente ola de delitos. Esta enfermedad ya está presentando síntomas de desborde total.  

Los problemas en nuestro país, y de eso no se escapa Barrancabermeja, siempre empiezan de forma desapercibida y sin que el Estado se interese a tiempo por atenderlos. Así ha pasado con los grandes flagelos que nos han golpeado, así inició el problema de las guerrillas, así mismo el del paramilitarismo y así el del narcotráfico, siempre de forma aislada y minimizándose, hasta que, como ya sabemos, se sobrepasan los límites y se vuelven complejas las soluciones. Eso es lo que está pasando aquí, en nuestro municipio.

La drogadicción es una enfermedad adictiva, que disocia al ser humano con su entorno, lo aleja de su familia y la sociedad y que cuando se une a la necesidad de conseguir la droga, hace que se convierta en un potencial delincuente que comienza cometiendo delitos menores y luego mayores, siendo entonces rechazado por la sociedad y colocando al individuo en la degradación sicológica, moral y laboral.

Es claro entonces  que se debe combatir enérgicamente al microtráfico y sus redes, para impedir que las calles se sigan llenando de drogas y de personas que induzcan a jóvenes desorientados al mundo de la adicción; pero, más contundente que estas acciones, es hacer el gran esfuerzo del sector público y privado por crear sistemas de atención multidisciplinaria, con participación  de profesionales de la salud y de readaptación, que atiendan oportunamente a los enfermos de adicción, mediante acciones conjuntas  con sus familias, con el propósito de  volverlos seres felices y útiles para la sociedad, esto es, seres completamente resocializados y reintegrados socialmente.

Entre todos tenemos el reto que conlleve a la implementación de una política pública que fortalezca y privilegie la atención a esta dificultad,  como un problema de salud pública. Es necesario, construir y adecuar espacios físicos, donde profesionales idóneos rescaten a nuestros jóvenes y adultos de las drogas, para que de esta manera puedan volver a sus familias y a la sociedad, habiendo encontrado en ella la forma de desarrollarse por medio de las oportunidades laborales y de educación que les permitan convertirse en personas emprendedoras y productivas.
 
Así pues, la drogadicción y la seguridad ciudadana están íntimamente ligadas;  y si bien es cierto el plan de desarrollo local tiene contemplada la construcción de un centro de rehabilitación para drogadictos,  también se hace fundamental reaccionar rápidamente y a tiempo, crear una política publica, que ataque de manera integral este problema de salud pública, avanzar en más y mejores oportunidades para nuestros jóvenes, incorporar más programas lúdicos y de convivencia, convertir los equipamientos públicos en puntos de encuentro para la cultura y el deporte, asi como prepararlos para la vida y rescatar los valores que permitan una integración feliz a la sociedad, es sin duda una tarea a mediano y largo plazo que debe acometer de manera inaplazable el Gobierno Municipal.

Sin embargo en este momento y mientras eso se construye,  resultaría  efectivo arrendar casas y adecuarlas para comenzar desde ya, junto con los centros de rehabilitación existentes y reconocidos, la caracterización y puesta en marcha de planes de acción tendientes a solucionar el problema, de forma eficaz e integral, de tal manera que esta tarea permita desconectar el círculo vicioso que hay entre los adictos y la violencia. Así, muy probablemente, la situación mejorará a corto plazo en las calles de nuestra ciudad, pues se habrá brindado atención a este problema que nos aqueja y crece, día a día y libraremos de las garras de la adicción a muchos de nuestros coterráneos.

 

Comments

comments