Inicio Gustavo Arciniegas Ocapo En Barrancabermeja los periodistas viven su propia tragedia.

En Barrancabermeja los periodistas viven su propia tragedia.

gustavoPor: Gustavo Arciniegas Ocampo.
 
El problema no es que a un periodista le firmen un contrato en la Alcaldía. El problema de fondo es comprobar si la clase política de Barrancabermeja hizo o no pacto con los paramilitares en la década pasada. Yo se que hay muchos periodistas que quieren debatir sobre esta delicada situación, pero les cierran las puertas en los medios, como es el caso de Jorge Toloza que quiere hablar sobre el tema y no lo dejan. Quizás, lo que muchos no saben es que en Barrancabermeja hay periodistas valientes que hoy están viviendo su propia tragedia.
 

Las relaciones de producción son el conjunto de relaciones económicas que se establecen entre los hombres, (independientemente de su conciencia y de su voluntad), en el proceso de producción, cambio, distribución y consumo de los bienes materiales, lamentablemente, a los periodistas de Barrancabermeja, en esas «relaciones» les ha tocado la peor parte.
 
En Barrancabermeja, como en todas partes, hay periodistas buenos, regulares y malos.

Los hay absolutamente cultos, educados, que saben redactar muy bien crónicas y reportajes y con una alta formación ética y moral. Repito, también los hay regulares y malos. Pero, en lo que si hay un absoluto y común denominador es que todos son muy mal remunerados, es decir mal pagados.
 
Todos los años las universidades gradúan a más y más comunicadores sociales que llegan a Barrancabermeja en «busca de una oportunidad».
 
Como si fuera poco, a nivel municipal, algunos ingeniosos y avispados comerciantes de la educación han venido también, en los últimos años, graduando a más y más periodistas bajo la modalidad de la «educación abierta y a distancia», generando, por supuesto, una saturación de comunicadores sociales que ha traído a sí mismo una crisis de oferta y demanda que tiene loco y desesperado a más de uno.
 
En medio de esa saturación, (y aclaro que no es un chiste mío), se han filtrado respetables taberneros, cantineros y hasta vendedores de perros calientes que hoy fungen de «periodistas» y gozan de privilegiados horarios de televisión en tiempo triple A.
 
Por otra parte, desde que yo tengo uso de razón, (estoy a punto de cumplir 60 años de edad), las emisoras y los periódicos en Barrancabermeja han venido siendo los mismos de siempre.

Todavía recuerdo, en las eras de mi niñez, a Vanguardia Liberal (el mismo periódico que hace unos días publicó la noticia de Ernesto Báez).
 
También recuerdo a La Voz del Petróleo y a la antigua Radio Regia 1320, (hoy La Cariñosa AM 1320), como los medios de comunicación emblemáticos de la ciudad, sin que nada cambie, desde aquellas legendarias épocas, a hoy en pleno año 2012.

Para que nos hagamos una idea de lo que ocurre en materia de renovación y entrada en vigencia de nuevos medios de comunicación en el puerto petrolero, basta decir que las emisoras «más nuevas» en Barrancabermeja son Yariguíes Stereo, Radio Uno y Colombia Mía, que llevan ya más de 25 años al aire.

En los últimos 20 años incursionaron 2 canales de televisión (Enlace y Telepetróleo) que, prácticamente, se han convertido en un «Duopolio» informativo al servicio de los alcaldes de turno.

Entonces, para no alargar más este comentario, es importante advertir que mientras el número de medios de comunicación no se incrementa, la oferta de comunicadores, periodistas y reporteros se ha multiplicado de manera impresionante.
 
¿A DÓNDE NOS HA CONDUCIDO TODO ESTE RELAJO?
 
Para nadie es un secreto que somos una Economía de Mercado y que nos rigen las Leyes de la Oferta y la Demanda y que en uno de los postulados dice: «Si aumenta la oferta disminuye el precio».

En esta Ley de Oferta y Demanda, los más beneficiados han sido los propietarios de los medios de comunicación, quienes al mantenerse a la baja, (porque no se abren nuevos medios de comunicación), son los que al final se están quedando con las ganancias, porque se dan a la tarea de fraccionar en franjas de 30 y 60 minutos las 24 horas de programación para ofrecerlo en arriendo a los periodistas, cobrándoles excesivas sumas de dinero que, casi siempre, está por encima del millón de pesos mensuales.
 
Hoy en día en Barrancabermeja, una emisora o un canal de televisión, por cuenta de fragmentar su parrilla de programación, solo entre las 6:00 de la mañana hasta las 10:00 de la noche, tiene una oferta en su portafolio de 16 horas que, vendidas a 1 millón de pesos mensuales, tiene potencialmente 16 millones de pesos al mes listos para facturar.
 
El secreto del negocio está en que es solo la Alcaldía Municipal de Barrancabermeja, cuyos recursos son públicos, la única entidad que puede patrocinar todas y cada una de esas 16 horas de programación en las emisoras y canales de televisión de la ciudad.
 
No cabe duda que el escenario para los periodistas es deplorable, porque si deciden aceptar las «condiciones del propietario», tienen que empezar por vender publicidad para pagarle primero a la emisora o al canal de televisión para, posteriormente, ganar algo para su sustento.  A todo lo anterior, el periodista tienen que someterse una regla inamovible, inapelable e inalterable: O HABLA BIEN DEL ALCALDE O SE MUERE DE HAMBRE.
 
Así las cosas, la mayoría de los periodistas en Barrancabermeja no VIVEN, simplemente «SOBRE VIVEN».
 
Mientras tanto los gobernantes de turno, (me refiero a los alcaldes de turno y a los concejales), que hace rato entendieron lo diabólica y perversa que resulta esa ecuación, prefieren negociar directamente con el propietario del medio, sencillamente porque con el dueño se entienden de manera más cómoda para cerrarle las puertas a los llamados periodistas «indeseables», es decir aquellos que desean controvertir, criticar y cuestionar. (Eso fue lo que hicieron con Jorge Toloza que hoy está prácticamente vetado en los medios de comunicación de la ciudad).
 
ACLARANDO LAS COSAS.
 
La carga del reclamo NO debe recaer sobre los periodistas que NO son la causa del problema sino el efecto de unas relaciones de producción en donde, lamentablemente, llevan la peor parte.
 
Yo creo que a un periodista no se le debe reclamar porque firme un contrato de prestación de servicios con la Alcaldía. Esa determinación corresponde a la esfera íntima de sus decisiones y cualquiera que sea su voluntad debe ser respetada. Lo que si debe quedar claro, (y no deben molestarse por eso), es que la comunidad tiene derecho a saber cuanto les están pagando y qué clase de servicios le está prestando a la ciudad, sencillamente porque su salario sale del erario municipal y esos son recursos públicos.
 
Repito, el problema de fondo es comprobar si la clase política de Barrancabermeja hizo o no pacto con los paramilitares en la década pasada. De momento, a los políticos barranqueños se les debe otorgar el beneficio de la presunción de inocencia hasta que no se les demuestre lo contrario.
 
¿Y MIENTRAS TANTO CÚALES SON LAS POSIBLES SOLUCIONES A LA TRAGEDIA QUE VIVEN LOS PERIODISTAS?
 
LA PRIMERA:  Que entidades gremiales como la Cámara de Comercio o Fenalco, que representan los intereses de los comerciantes, adelanten campañas de apoyo que incentiven a sus socios a que inviertan en publicidad en los medios de comunicación locales. Que les ilustren, les guíen y les enseñen a sus asociados la importancia de la publicidad en los tiempos modernos. Resulta extraño que en Barrancabermeja organizaciones comerciales poderosas como Carrefour, Almacenes Éxito, Arturo Calle, Avianca, Easyfly, Bancolombia (entre otras muchas) no pauten publicidad en los medios locales.
 
LA SEGUNDA:  Que también esas mismas entidades gremiales patrocinen cursos intensivos de ventas en donde se les enseñe a los periodistas, locutores y vendedores las mas recientes y modernas técnicas de negociación en materia de propaganda y publicidad e ir tratando, hasta donde se pueda, de independizar a la mayor cantidad posible de comunicadores del dinero público.
 
LA TERCERA: Buscar apoyo de ONGs internacionales que defiendan la libertad de expresión y que, incluso, ayuden económicamente a periodistas críticos en la ciudad.
 
LA CUARTA: Recomendarle respetuosamente a las nuevas generaciones que para el caso particular de Barrancabermeja no insistan en saturar el mercado con más «periodistas». Advertirles que no hay garantías para un normal desarrollo del trabajo periodístico. Explicarles a nuestros jóvenes que «no habrán buenas oportunidades laborales y que su vida profesional será económicamente mediocre porque desde hace rato la oferta de periodistas superó la demanda en medios de comunicación que les pueda ofrecer empleos con dignidad.
 
LA QUINTA: Quizás la recomendación más importante de todas es inculcarle a nuestros jóvenes que en Barrancabermeja los periodistas viven su propia tragedia.
 
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GUSTAVO ARCINIEGAS OCAMPO es un periodista barranqueño con 35 años de experiencia en los medios de comunicación. Puede ser contactado en el correo electrónico [email protected]    o   en el celular   312-316-6624      
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