Por: Gustavo Arciniegas Ocampo.
Estoy completamente de acuerdo con quienes han venido manifestando que la refinería de Barrancabermeja es la bendición más grande que ha tenido la ciudad a lo largo de toda su historia. Si solamente hubiéramos sido un campo exploración, quizás no habríamos alcanzado el grado de desarrollo alcanzado hasta hoy. La refinería es la que ha marcado la diferencia en todo este proceso de crecimiento y progreso y la que, sin duda, nos ha dado el liderazgo que tenemos a nivel regional y nacional.
Se ha detenido usted a pensar por un instante, ¿cuántas personas y cuantas familias se han beneficiado de la refinería desde los ya legendarios tiempos de la Tropical Oil Company en 1922 hasta nuestros días hoy en pleno 2012?
A Barrancabermeja llegaron los gringos de la Troco con su orden y pragmatismo, pero también arribaron con su alegría y sus sombreros vueltiaos los costeños de la gran sabana de los departamentos de Bolívar, Córdoba y Sucre; asimismo se presentaron los llamados Yumecas (de Jamaica) y muchos antillanos, especialmente de la isla de San Andrés.
Llegaron los antioqueños con sus carrieles, machete y mula, (madrugadores y muy disciplinados); arribaron también los bogotanos con su fina educación y sus muy buenos modales; boyacenses, pastusos, llaneros, vallenatos, ocañeros y cucuteños… ¡ y claro ! … no pudieron faltar los santandereanos con su trabajo, su pasión por el ahorro, su silencio reservado y su marcado individualismo.
Lo maravilloso de Barrancabermeja consistió en que fue en la refinería donde cada cultura, con su configuración muy particular, se unió y se entre mezcló con la otra.
Fueron muchos los noviazgos, las uniones y los matrimonios que se vivieron durante estos 90 años y que con el correr del tiempo provocaron un producto que es lo que hoy somos: a veces rebeldes, exigentes, contestatarios, huelgueros y maliciosos, pero otra veces sumisos, humildes, soñadores … y quien lo creyera, en pleno 2012, ilusos y llenos de esperanza.
Si de algo debe sentirse orgullosa Barrancabermeja es de su refinería y de sus trabajadores, los que trabajan hoy en pleno 2012, pero también los que han laborado desde hace 90 años a lo largo de toda su historia. Todos, desde sus diferentes épocas y actividades, han sido participes de este orgullo barranqueño.
Por la refinería llegaron a estas tierras personajes como la señora María Cano (La Flor del Trabajo) y don Raul Eduardo Mahecha (fundador de la USO) y han pasado, calculo yo, más de 2 millones de personas entre empleados directos, indirectos, contratistas, familiares y mucha mucha gente que se ha beneficiado de ella por los lados y por todos los costados.
Es que la refinería ha sido el eje central de nuestra historia y todos, de alguna manera, nos hemos aprovechado de ella.
La refinería de Barrancabermeja es el complejo industrial más rentable y productivo que tiene el país, sus ingresos y lo que paga de impuestos así lo evidencian. Eso se refleja en los impuestos de industria y comercio que se traduce en los llamados ingresos corrientes de la Administración Municipal.
Además, la organización interna de la refinería es un modelo empresarial excelente, perfecto, impecable, con sus secciones, sus grupos, sus departamentos, sus superintendencias, sus gerencias pero especialmente por sus miles de trabajadores, hombres y mujeres, que le han servido a la patria desde Barrancabermeja generando progreso y desarrollo al país.
Por eso estoy de acuerdo con mis amigos de Barrancabermeja Virtual cuando dicen que la refinería ha sido testigo de nuestras alegrías, tristezas, ilusiones, sueños y esperanzas, sirviendo de soporte socio económico a la región y al país.
Lo más increíble de nuestra refinería es que aún no la hemos aprovechado totalmente en su capacidad de continuar siendo el apoyo, el sostén, la base y el cimiento de nuestro avance.
Alrededor de nuestra refinería podemos construir un completo y organizado Clúster del Petróleo que aproveche toda esa infinita gama de productos petroquímicos que sirven de materia prima para muchos productos que podríamos fabricar aquí y que generarían muchos empleos productivos que tanto se necesitan en la ciudad y la región.
Ya se llevan adelantadas muchas gestiones alrededor de este proyecto pero debemos seguir insistiendo hasta hacerlo realidad.
Así las cosas, no me cabe la menor duda que la refinería es una gran bendición para Barrancabermeja, de la que debemos darle gracias a Dios y sentirnos orgullosos por su aporte al progreso de la nación.
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GUSTAVO ARCINIEGAS OCAMPO es un periodista barranqueño con 35 años de experiencia en los medios. Puede ser contactado en el celular 312-316-6624 .
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