Editorial El Medio Magdaleana
Lo menos que podemos decir de este mandato que por estos meses ya lleva el sol a sus espaldas es que se trata del gobierno de la desfachatez.
Los vecinos del barrio Aguas Claras, en la Comuna 2, (dicho sea de paso uno de los barrios mejor conservados en la ciudad), no salen de su asombro, luego de observar la mala calidad de los trabajos de embellecimiento del parque principal de este sector.
No fue sino esperar uno de los aguaceros normales en esta época de invierno, de esos que últimamente han caído sobre la región, para que la comunidad tuviera una evidencia clara de lo mal que quedaron los trabajos de remodelación en el parque de Aguas Claras, que se financian con los impuestos de los ciudadanos, y que suponen unas estrictas interventorías antes de que los contratistas cobren las millonarias facturas que después le cobran al Municipio de Barrancabermeja por la culminación de estas obras.
Las fotografías que circulan por internet hablan por si solas.
Vemos un parque inundado en su totalidad por las aguas lluvias, con serios peligros de riesgo para los niños que se aventuran a jugar en ese lugar, con consecuencias graves para la salud de quienes viven en los alrededores del sector, como quiera que el agua retenida por varios días genera la presencia de mosquitos transmisores de enfermedades por todos conocidas y por la desvalorización de las viviendas de sus alrededores.
Nuestra pregunta es: ¿Quién responde por esta desfachatez?
Es por eso que desde esta Tribuna del periodismo barranqueño, exigimos la presencia inmediata de la Procuraduría General de la Nación y de la Fiscalía General de la Nación, para que entren a investigar las graves irregularidades que se han podido presentar en la contratación, desarrollo y culminación de esta obra en el barrio Aguas Claras y que deja al descubierto que estamos frente a un gobierno inepto y corrupto.
La sociedad en Barrancabermeja no puede olvidar que actualmente hay un ex alcalde de la ciudad preso y condenado por la justicia, por cuenta de un contrato que tuvo que ver con la construcción de una pista de bicicrós, cuyas características de diseño, desarrollo y culminación son muy similares a lo que estamos hoy viendo en el barrio Aguas Claras.
Incluso, que hable la ex secretaria de Infraestructura, María Eugenia Pérez Rodelo, quien recientemente renunció de su cargo alegando presuntas irregularidades al interior de esa dependencia, que es justamente la encargada de responder por esta repugnante obra del barrio Aguas Claras que ha generado el rechazo total de la comunidad.
Sin embargo, parece que desde la Administración Municipal de Barrancabermeja se quieren burlar de la comunidad.
Precisamente, por estos días están, descaradamente, están publicitando la eventual premiación del alcalde Carlos Contreras como “uno de los mejores alcaldes del país”, pretendiendo con este tipo de torneos, engañar a ilusos ciudadanos que quizás no están bien informados de la mediocridad administrativa y de liderazgo que afecta a nuestra ciudad.
Los barranqueños no podemos permitir que el alcalde de Barrancabermeja, tras de inepto y mediocre, se convierta en un cínico, descarado y caradura que, con la entrega de pésimas obras a la ciudad, sea premiado como un alcalde ejemplar.
Definitivamente estamos en el gobierno de la desfachatez.