Por: Lorena Rubiano Fajardo
No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico. Aristóteles
Esta nota la escribo hoy viernes 18, dos días antes de la jornada electoral, estando seguro el triunfo del candidato Juan Manuel Santos, como nuevo presidente de los colombianos.
Surge entonces la necesidad de analizar sus promesas de campaña y confrontarlas con las metas, ponderadas y realistas, que deberá alcanzar como Presidente, en este nuevo mandato de los partidos Uribistas.
Santos ya ha empezado a marcar diferencia y nosotros creemos que así debe ser, porque cada gobernante debe dejar su propia impronta en su mandato y además no puede cargar con todo el lastre de la actual administración y nuestro deseo es que le vaya bien, porque el país así lo necesita.
Apenas se posesione lo espera el grave problema que afronta la salud que está al borde de la catástrofe y tiene que entrar a combatir de inmediato la corrupción que impera a lo largo y ancho del país.
Ojala que este triunfo y la propuesta de conducir a todos los partidos y movimientos hacia “un Acuerdo de Unidad Nacional “no conlleve la creación de un PRI, al estilo mexicano y que esas mayorías que obtuvieron en el Congreso no se conviertan en una aplanadora para trancar cualquier iniciativa que no provenga de las toldas oficialistas.
El nuevo inquilino del palacio de Nariño no podrá poner espejo retrovisor para criticar a sus compañeros de gobierno, tendrá que tapar y tapar, todos los males y asumir las consecuencias, y si llega con la expectativa de permanecer en el gobierno los dos periodos, su gestión tendrá que ser muy diferente a la que hemos vivido en los pasados 8 años.
La oposición deberá jugar un papel importante, para que los periodistas y la opinión pública no se mueran de tedio oyendo debates de yo con yo. Necesitamos voces disidentes, voces de protesta y las grandes polémicas, que enriquezcan la política y devuelvan al Congreso su deteriorado prestigio.
El vicepresidente Angelino Garzón, por su origen político izquierdista, podrá desarrollar el difícil trabajo de reanudar relaciones con Venezuela y Ecuador, además de borrar la imagen negativa que tiene el país, en los frentes sindicalistas internacionales.
Santos en su gobierno debe desarrollar políticas que beneficien al campesino para poder tener como él lo dice: “Un campo próspero y seguro para garantizar la plena, lícita y sostenible utilización del territorio cultivable y convertir al país en la despensa del mundo” Y “Aprovechar sosteniblemente nuestro potencial ambiental, defender el agua como recurso vital, posicionar a Colombia como una potencia de biodiversidad a nivel mundial”.
La opinión pública, entonces, debe hacer un esfuerzo para constituirse en veedora de todas las actuaciones de la nueva administración y mirar con un prisma critico, pero equilibrado los resultados que se vayan viendo.
Y finalmente quiero decir, que me queda la tristeza de no haber vivido un mejor debate electoral, con más profundidad, con más presentación de programas y tesis y sin ataques personales. Creo que el profesor Mockus con toda su inteligencia y capacidad, con toda su honestidad y su franqueza, se constituyo en la frustración de una esperanza.