Por: Jorge H. Silva Besil
Nuestra sociedad local no se escapa de las ambigüedades de la cotidianidad nacional. Es evidente que Barrancabermeja es un fiel reflejo de nuestra política nacional, donde convergen los antagonismos tribales y las disputas de poder, pero sin llegar al punto requerido para el cambio; es decir, los intereses comunes. La historia de la ciudad esta plagada de sofismas, que siempre han degenerado en mas conflictos y vacios de autoridad, que a la larga terminan dejado a su población en medio de la tragedia cotidiana, pero eso si, muy felices y satisfechos.
Concebimos la administración pública de manera romántica, todos con el verbo florido en ser enemigos de la corrupción y la politiquería, sin embargo, durante los procesos electorales, son esos nobles patriarcas políticos, quienes en busca de los votos, son las victimas de este juego perverso de la democracia, donde la mayoría triunfa, sin importar los atributos, conocimientos y calidades personales del candidato. En efecto, para presentar una campaña política a consideración del electorado, poco se habla de programas, estrategias de campaña, capacidad intelectual integral del candidato, todo se resume en dinero. Quien tiene dinero suficiente y los sabe utilizar en el momento oportuno, puede alcanzar con facilidad su cargo de elección popular.
Pero surge entonces la pregunta sobre: De quien es la Culpa?
Desde luego excluyo al político sobre este carrusel, como quiera que el esta persiguiendo su interés al corto y mediano plazo; sin embargo la poca diligencia y cuidado, esta siempre apuntando al electorado. La población concurre a las urnas bajo el constreñimiento moral de la dadiva exigida, entregada o prometida, lo que implica que su decisión no siempre es la mas legitima o acertada.
Decir que la voz del pueblo es la voz de Dios, es en tiempos modernos un insulto desproporcionado contra el motor inmóvil, como quiera que el principio de sabiduría universal que profesan todas las religiones o creencias, excluye al altísimo de tomar tan burdas decisiones.
En este orden de ideas, si el culpable es el electorado, que no esta imbuido de la responsabilidad de la cosa publica, que culpa tienen los gobernantes sobre sus torpes personalidades abúlicas y apandilladas, y sus vocaciones tendenciosas sobre el presupuesto y facilcitas en su gestión. En efecto, la conclusión debe ser igual de lapidaria. El gobernante, lejos de ser el victimario, es la victima de esta ignorancia política, que no excluye niveles académicos o clase social, si es que en nuestra ciudad puede existir la segunda. Todos estamos sentados sobre la misma montaña de ignorancia y reímos soñando ilusos que vamos por el buen camino.
También exonero a los gobernantes por sus compañeros permanentes de trabajo, que frecuentemente inducen al administrador publico a errores, como quiera que ellos tienen que disponer del recurso humano que encuentran en sus dependencias, y que con excepciones, nunca es el mejor. Sumado a lo anterior, el poder atrae toda clase de personajes de dudosa calidad humana e intelectual, que viven como una forma de vida parasitaria dependiendo del seno marchito de la administración publica, y que sin importar quien gane las elecciones de turno, se enquistan y continúan con su forma de vida rupestre, sin aportar beneficios al colectivo.
En todo caso, lo verdaderamente cuestionable para los gobernantes y la clase política versa sobre la concepción de sus proyectos. Cual es el proyecto político vigente en Barrancabermeja? Desde la desaparición del FILA, donde están los lideres locales con proyección de ciudad, vocación de servicio y poder, que aglutinen a todo el conglomerado, no por intereses personales o sueños de grandeza, o peor aun, para salir del anonimato y la pobreza, sino para construir ciudad, cultura ciudadana, y romper el atrasó cultural y político de la región.
Barrancabermeja necesita de manera urgente recobrar el liderazgo de un proyecto político que reconstruya y afiance la ciudad en el panorama nacional, con autoridad y gestión publica. Ya basta de personajes rupestres que sueñan en grande pero sin realidades ni futuro. Los proyectos personales, sin dirección o partidos políticos sin conocimiento de la región, han sido fiascos solo soportados por la horda de tinterillos aborrecibles que sirven de comité de aplausos al mandatario de turno. Lo importante por ahora, es comenzar de nuevo, establecer estrategias de opinión que llamen a nuestros líderes políticos a la reflexión y seriedad. Espero no sea demasiado tarde, antes que nuevamente se pierdan cuatro años mas…….
