Por: Darío Echeverry Jr.
La paz no es el perdón. El fin del conflicto armado no es pasar la página y dejar todo atrás para seguir adelante.
La paz es algo más complejo, es la construcción de la convivencia pacífica, es la capacidad de que todos vivamos de acuerdo a unas normas, a unas reglas del juego que todos comparten, respetan y se comprometen a cumplir.
En el conflicto armado cada una de las partes se regía por leyes diferentes y parte de la negociación era la construcción del compromiso de respetar las normas que rigen la nación, que todos comparten y obedecen y bajo esa estructura convivir.
Todo lo que ha sucedido en relación a la implementación de los acuerdos con las Farc, la incertidumbre, las demoras y los incumplimientos, representan la incapacidad que tenemos como sociedad de respetar las normas que creamos, lo que hace difícil la convivencia y genera gran parte de los problemas sociales del país.
Es indispensable considerar que la negociación con las Farc fue el resultado de un proceso con respaldo electoral, la última elección presidencial refrendo el propósito de conseguir la paz junto con un principio fundamental plasmado en la constitución política, que le dio la legitimidad suficiente para que los acuerdos fueran respetados por todos, y fuera un mandato para todo el Estado, no solamente el ejecutivo.
No se pueden superar los problemas del país manteniendo esa práctica de solo cumplir las normas cuando nos conviene, la corrupción en todos los niveles sociales parte de ese estado de cosas.
Los acuerdos con las Farc representan el compromiso del país de cumplir con sus normas, y cada vez que se afectan en su implementación se mantiene esa continua violación a las normas que hace inestable e inviable a Colombia.
La construcción de la paz requiere compromiso de todas las partes, hayan estado directamente en la negociación o no, y los acuerdos son parte de la construcción de convivencia, es el ejemplo que en el país es posible que todos vivamos, así pensemos diferente, pero acordamos vivir bajo las mismas reglas.
El destino del país depende de que todos entiendan que es necesario respetar las normas para poder vivir en comunidad, y solo así será posible construir la paz, todo lo demás serán ilusiones autoritarias de uno u otro tinte ideológico. Este proceso no es fácil, entre puntos de vista contrarios nadie quiere ceder, pero el acuerdo con las Farc es un ejemplo de que es posible llegar a acuerdos si hay voluntad entre las partes.
Es momento de que como sociedad entendamos esto y tengamos la voluntad de vivir en comunidad.
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