Editorial El Medio Magdalena
El proceso de dialogo y desmovilización de las FARC y la actual negociación con el Eln no han sido fáciles, han atravesado momentos de dificultad e incertidumbre, pero al menos con el primer grupo dio grandes resultados al conseguir el cese las hostilidades, la entrega de armas y la reincorporación a la vida civil de sus militantes, y con la segunda organización se espera que se pueda lograr lo mismo.
Pero las cosas no han terminado, la consolidación de la paz y el fin del conflicto armado presentan grandes retos al Estado y a la sociedad, lo que significa que es necesario seguir trabajando para que lo que se ha logrado no solo se mantenga, sino que represente cada vez más beneficios para la comunidad.
En estos meses de cese al fuego y reincorporación de los guerrilleros de las FARC han significado una disminución importante en el número de muertos y heridos producto del conflicto, así como la disminución de otros delitos relacionados que han beneficiado comunidades a lo largo y ancho del territorio nacional, lo que representa una mejor calidad de vida para la gente.
El actual cese al fuego temporal con el Eln se suma a ese mejoramiento de los indicadores de seguridad y al bienestar de la población en las zonas de influencia de esa organización.
Sin embargo, las cosas son más complicadas y la consolidación de la paz es más difícil de lo que parece.
En este sentido, es indispensable facilitar el proceso de reincorporación a la vida civil de los miembros de las FARC, lo que requiere que se cumplan con los acuerdos y se agilice el cumplimiento de los compromisos que se tienen con estas personas, para que la transición por la que vienen atravesando sea rápida y fluida, y las posibilidades de que aumenten los abandonos o las disidencias sean pocas y aisladas.
Al mismo tiempo es indispensable que las fuerzas militares deben actuar con mayor eficacia para evitar que grupos disidentes, bandas criminales y organizaciones de narcotraficantes se disputen los territorios antes dominados por las FARC para el desarrollo de actividades delictivas que afecten a la población civil en zonas donde se había avanzado en la reducción de la violencia por la disminución en la intensidad del conflicto armado.
Junto con las fuerzas armadas es indispensable la labor de instituciones del estado que deben invertir recursos para disminuir la influencia de los actores armados que buscan ocupar el lugar de las FARC, por eso es indispensable avanzar en la redistribución de la tierra para los campesinos y minoría étnicas, la inversión en asistencia técnica agropecuaria, créditos, salud, educación y sobretodo vías de comunicación que faciliten la vida en esos territorios.
Así mismo, la sociedad debe no solo presionar al gobierno, en todos sus niveles, para que el cumplimiento de los acuerdos y el mejoramiento de la calidad de vida en los territorios sino también es necesario que empresarios y comerciantes den oportunidades a los reincorporados e inviertan en esas zonas del país, para buscar no solo mejorar indicadores de seguridad, sino que se mejore la calidad de vida de la gente y así facilitar la consolidación del fin del conflicto armado en el país.
La decisión de la Corte Constitucional de blindar los acuerdos de paz con las FARC, evitando que durante los próximos tres gobiernos puedan ser modificados, es un importante mensaje a la comunidad, a los reincorporados y los partidos políticos, del compromiso que asumió el Estado y de la seguridad jurídica de los mismos, indicando que los acuerdos que se puedan dar con el Eln serán respetados y señalando a las organizaciones políticas que lo acordado no es un asunto de un gobierno sino un compromiso del Estado y por lo tanto está por encima de las discusiones partidistas y representa un deber institucional, por fuera de la coyuntura electoral.
Lo que ha logrado el país es muy importante, pero si no se consigue el compromiso del Estado y la sociedad para no solo hacer respetar los acuerdos sino también para avanzar en su eficaz cumplimiento, habrá reveses y problemas que podrían ser prevenidos con la labor y la responsabilidad de todos.
El fin del conflicto armado en Colombia, tan cerca como nunca antes, es el principio de la paz y el mensaje de la Corte Constitucional van en esa dirección, afianzar ese principio fundacional del Estado y así avanzar en un mejoramiento de la calidad de vida de toda la nación.
Es momento de fortalecer lo logrado, en vez crear un estado de incertidumbre que no beneficia a nadie, y es necesario para la nación consolidar el principio de la paz.
Este artículo también lo puede leer en BVirtual “la nueva forma de escuchar radio” (para instalar la aplicación dar click aquí)
Para leer más editoriales del Medio Magdalena pueden dar click aquí