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A veces se necesita de ‘la boñiga’, pero no tanto – Por: Jorge Núñez Hernández

Jorge Nuñez Hernandez

En algún lugar leí que el maestro Rafael Escalona dijo: «Dios no se mete en política. Esa se la deja a los hombres». Y claro: es el mundo de las pasiones, de los pareceres, el reino de lo variopinto, de los matices.

En la política, fugacidad y liviandad se encuentran en un momento del ejercicio para logar el control del poder estatal en una sola danza, al compás de una misma melodía, pero con distintos disfraces. 

Así las cosas, tomados de la mano, ebrios por el goce del momento, adversarios, contradictores y enemigos ríen y cantan todos juntos. Tiene un objetivo común, pero cada uno tiene en el bolsillo su propia agenda oculta.

Hay quienes correrán a buscar en el yacimiento de la corrupción local los inmensos recursos no para la obra mayor sino para el enriquecimiento sus arcas personales.

Allí, en ese carnaval de intereses y vistosas máscaras triunfan quienes son capaces de unir y pegar lo aparentemente imposible. Y ese es el milagro electoral que está generando la portentosa figura de Juan Manuel Santos al unir lo difícil en un momento en que «el príncipe de la violencia» quiere mantener el país cantando himnos de guerra y provocando verbenas de odio y exclusión con otros saltimbanquis de la política.

Ya de ello, de crear inesperadas convergencias, me había ilustrado hace más de diez años, el médico Fernando Salgado en una anécdota que luego me enviaría por correo y que comparto hoy con mis lectores de BARRANCABERMEJA VIRTUAL no sin ocultar una pregunta que traslado a los electores:

Y allí ¿quién es la boñiga?  ¡Desde la distancia apesta!

La carta del médico Salgado decía textualmente.

Estimado Jorge:

Recuerdo, cuando el Nuevo Liberalismo estaba en auge y un grupo de jóvenes muy motivados impulsábamos el nombre de Luís Carlos Galán. El segundo abordo del movimiento era un  gran amigo y un hombre excepcional: Rodrigo Lara Bonilla.

Alguna vez hablando con el doctor Lara, le comenté mi preocupación debido a que al movimiento en Barrancabermeja estaban llegando algunas personas que en el pasado habían participado en otros grupos y que, a mi juicio, NO le agregaban mucho valor al proyecto político por sus antecedentes y estilo de hacer la política.

Le pregunté a Rodrigo Lara¿Por qué si íbamos bien, sin esos apoyos, por qué no restringirles su acceso y seguir solo los «Nuevos y Buenos»?

Mi pregunta la formulé, rodeada un poco por mi inocente juventud, pensando que en el Nuevo Liberalismo sólo «estábamos los buenos», y entonces Lara Bonilla me respondió: «Fernando la política es como las casas de adobe, para hacerlas hay que tener la mejor arena y la mejor agua, pero para que eso en verdad compacte hay que meterle boñiga, si no no pega».

Un abrazo

Fernando Salgado. MD.

Finalizo con esta reflexión: Mi amigo, Edgar Daniel Rodao, el director de esta página virtual, escribió una frase en su muro de Facebook que resume el pragmatismo que rodean estas alianzas:

«En la segunda guerra mundial, los Estados Unidos (capitalista) se unió con la Unión Soviética (comunista) por un solo objetivo; vencer a Hitler.  Cuando finalizó la guerra, ni USA se volvió comunista ni la URSS se convirtió en capitalista, solo que el mundo se libró del terror de Hitler».

Hay ocasiones en que este tipo de alianzas, aunque extremadamente incómodas, son necesarias para evitar un mal mayor de incalculables consecuencias.

Las conclusiones y moralejas se las dejo a ustedes. Pero eso si, «estoy totalmente convencido que la boñiga en exceso si desbarata todo, no importa que tan buena sea la arena o el agua».

Así que lo importante como en todo, son «las justas proporciones» como diría el ex presidente Turbay.

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JORGE NUÑEZ HERNANDEZ es un habitual columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL que puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]

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