No es una idea nueva, pero va siendo hora que empecemos a practicarla nosotros.
Es claro que tenemos muchos problemas y hasta otras prioridades, no necesariamente las correctas, pero es ineludible que empecemos a tomar acción para salvar el planeta.
Las protestas y manifestaciones sociales deberían estar ya enfocándose en reclamar acciones que impidan el cambio climático, la destrucción de la biodiversidad y la degradación del medio ambiente.
Es una cuestión de todos, sin distinción, los que deberíamos estar solicitando los cambios que se requieren para cuidar el planeta.
Este debería ser uno de los temas recurrentes y permanentes dentro de las preocupaciones públicas y privadas. Debería movilizar a toda la ciudadanía sin excepción, pero no lo hacemos.
Estamos detenidos y estáticos, sin reacción.
Es evidente que nos preocupan otras cosas pero también es cierto que muchos permanecen en un estado de negación, indiferencia e ignorancia. Y tal vez por eso se hace imprescindible una mayor movilización social buscando superar esas dificultades.
Las redes sociales están inundadas de información, es tanta y tan variada que puede ser por un lado contradictoria y por otro lado avasallante.
Eso favorece la negación y la ignorancia, que se refuerzan en un contexto de sobreinformación, que confunde y favorece la inacción social.
Además, la indiferencia está extendida porque mucha de la población no siente que su vida este afectada por los problemas ambientales.
El cambio climático o la destrucción ambiental no son cosas que directamente tocan a muchas personas, así que no sienten eso como problemas propios, así que simplemente ignoran la situación, y si a eso se suman las teorías conspirativas y la desinformación se genera un ambiente de apatía y negligencia muy generalizado.
En una ciudad como la nuestra, profundamente marcada por la acción depredadora del hombre contra la naturaleza, dependiente de una industria extractiva, contaminante y lesiva, hay un sentido de conservación ambiental latente pero que debe activarse.
Reciclar, reusar y reducir el consumo
Reciclar, reusar y reducir el consumo, la conservación de los ecosistemas, la transición energética, entre otras cosas, no dan espera y sin una acción decidida de todos tomara más tiempo que se hagan los cambios que se requieren para proteger nuestro entorno y nuestro planeta.
La deuda de los mayores con las nuevas generaciones es grande, pues permitimos mucho del daño ambiental que existe, pero se hace indispensable también que los jóvenes reaccionen y asuman el reclamo por la protección y recuperación del medio ambiente.
Es un deber de todos hacerlo lo antes posible, antes de que sea demasiado tarde. Una huelga por el planeta es inevitable, es una cuestión de supervivencia.
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