El primer día sin IVA y la tragedia en Tasajera tienen más en común de lo que puede parecer a simple vista.
Ambos son ejemplo de cómo la gente lo arriesga todo por ahorrar o por ganar unos pesos, que valga decirlo son fundamentales para la supervivencia.
Los dos muestran aglomeración de personas desenfrenadas, que olvidan los riesgos a los que se someten, para buscar sacarle ventaja al sistema, sea en una promoción o en el saqueo. Por encima de la prudencia o el buen juicio está el afán por conseguir una ventaja, así sea pequeña, en la lucha diaria por la supervivencia.
Esta pandemia, y estos episodios, son prueba clara que nuestra nación no funciona como debe y que la gente se ve abocada, sin importa donde viva, a arriesgarse para conseguir lo necesario para sobrevivir.
Antes de ser un Estado fallido, vale la pena pensar que es una sociedad fallida. La mayor parte de la gente vive del día a día, con precaria atención en salud, sin una posibilidad real de pensión para la vejez, con acceso limitado a educación (sobre todo la superior), con empleos inestables y temporales (por eso la informalidad reina), con ingresos variables que no permiten ahorro y llevan a un constante estado de endeudamiento (la mayor parte con los llamados gota a gota), y así se podría seguir perfilando a la mayoría de la población. Y así es muy difícil ser una verdadera nación y construir un verdadero Estado.
Es cierto que el Estado ha avanzado y las garantías sociales son cada vez mayores.
Educación y salud con cobertura casi universal, subsidios a familias, jóvenes, adultos mayores, becas y créditos para educación superior, viviendas de interés social gratuitas o baratas, y muchas otras cosas que ayudan a la comunidad a sobrevivir, pero como se ha visto no son suficientes.
La pobreza extrema y la informalidad están extendidas y no tienen solución. Una renta básica para ciertos grupos poblacionales podría ser una alternativa para mejorar las condiciones de vida de mucha gente, pues la desigualdad en el país no solo es evidente sino que ha crecido con la pandemia.
La tragedia de Tasajera o lo que sucedió el primer día sin IVA deben ser considerados como manifestaciones de un fenómeno mayor, de la realidad de la realidad social del país, que debe ser analizada considerando esos hechos por ser representativos de lo que viven millones de personas.
La cuestión no solo es proteger el sistema financiero, ayudar a las empresas, promover el empleo, incentivar la inversión, entre otras cosas. Es también mejorar las condiciones de vida de los más vulnerables, para evitar que cada cierto tiempo se repitan esos hechos.
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