Un tipo bien santandereano que por accidente le tocó nacer en Barranca y no en Zapatoca —como es su apellido— Helmer Pinilla Galvis, se le ocurrió, arbitrariamente, en 1963, sin consultar a las comunidades, establecer, como si fuera un dictador, que nuestro gentilicio era «barramejo» palabreja de una fonética impronunciable, pasándose por la faja toda nuestra historia cultural ribereña desde inicios del siglo 20 donde se comunicaban llamándose «barranqueño».
Este señor Pinilla por un auto decreto, como si fuera el alcalde, impone desde 1963, como lo señalé arriba, lo siguiente: «A partir de hoy, todos los nacidos en Barrancabermeja se llamarán barramejos».
Este artificio absurdo viola toda definición sociológica de cómo los pueblos hacen identidad cultural en el imaginario colectivo y un elemento primario fundamental es cómo empiezan a llamarse entre pobladores y es acá donde aparece el vocablo “barranqueño» que desarrollaron nuestros primeros colonizadores.
Pinilla lo hace con la premisa errónea de diferenciarnos de los nacidos en Barrancas (Guajira).
Hubo una consulta que el barranqueño Robinson Rincón Martínez el 29 de julio de 2004 elevó a la Academia Colombiana de la Lengua Española y la respuesta la dio el miembro de esta academia Cléobulo Sabogal, de manera que revisemos nuestra historia antes de auto llamarnos «barramejos».
Doy otro ejemplo de las arbitrariedades que ocurren en Barrancabermeja y la comunidad ni se inmuta.
Un alcalde, en los años 80s, también se le ocurrió imponer por decreto llamar «Avenida de los Fundadores» a nuestra tradicional «Avenida del Ferrocarril» desconociendo la real historia del porqué se llama así. Su razón todos la conocemos, La Troco construyó una trocha de tren desde las instalaciones de la vieja refinería en 1924 atravesando la población para comunicarse con el campo de producción La Cira-Infantas y de ahí nace su nombre.
Hoy hay personas que hoy la llaman «Avenida de los Fundadores» sobre todo gente muy nueva que tiene menos de 30 años de vivir aquí.
Entiendo también que la dinámica poblacional en términos de flujos migratorios que en Barranca es muy acelerada, llegan, viven, se reproducen y se van, sobre todo los trabajadores del sector petroleros, por lo que los procesos de formación de identidad cultural son muchísimo más lentos acá que en centros urbanos que tienen históricamente arraigos y quién llega asimila rápidamente el entorno como en los pueblos de Antioquia, Valledupar, Tunja, en el Valle.
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EDUARDO TORRES DUARTE, Barrancabermeja, abril 26 de 2020.
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