Este año que termina ha sido uno de los más agitados y convulsionados de los últimos tiempos en lo político, en lo social y en lo económico, y ha generado una profunda confusión en la comunidad, que se ha visto atropellada por tantos hechos en un periodo corto de tiempo que la han llevado al desconcierto, la desconfianza y ha profundizado su indiferencia.
Este año 2018 se ha caracterizado por la polarización política, el insulto y la difamación a través de las redes sociales y los cambios, muchos de ellos sorpresivos, que han provocado cierto desconcierto en la comunidad, que no ha podido asimilarlos fácilmente.
A partir de todo esto que ha pasado es oportuno reflexionar con el fin de aportar algo a lo que se viene el próximo año, agitado por ser año electoral y porque hay mucha incertidumbre en lo económico, lo social y lo político.
Las noticias falsas se han convertido en una práctica cotidiana, la gente esta tan habituada a las mentiras que no sabe cómo diferenciarlas de la verdad.
Las infamias son comunes, saturan las redes sociales, y han infectado a la opinión pública que no ha aprendido no solo a rechazar la difamación como practica social y política, sino que tampoco ha aprendido a denunciarla y a despreciar a quienes usan ese tipo de acciones, que realmente destruyen la convivencia y la dignidad de las personas, bien fundamental del ser humano.
Los tiempos electorales que se avecinan pueden terminar de polarizar más el ambiente político local, pues las elecciones tienen ese efecto, mas ahora con los antecedentes locales. En este sentido es importante considerar que el debate político es necesario para la democracia pero no debe llevar al extremo de generar diferencias insalvables ni abrir heridas que después no se puedan cerrar.
En las elecciones pasadas se generaron grandes divisiones que llevaron a una serie de acontecimientos que han perjudicado profundamente al municipio, es necesario aceptar lo que suceda y no generar un ambiente de confrontación que termine por incidir negativamente en la vida de la comunidad.
La realidad económica y social del municipio es difícil y las expectativas en el corto y mediano plazo no son buenas, depender de los ingresos petroleros hace vulnerable al municipio, por lo que hay que ser cautos.
No se pueden despertar expectativas exageradas en la gente y eso puede ser un riesgo en el debate electoral que se aproxima, lo que debe ser un elemento a considerar para las campañas y sus candidatos, que tendrán que aprender que la realidad económica del municipio es más compleja y no debe ser tomada a la ligera, para evitar generar expectativas que no se puedan cumplir, y más bien debe ser un elemento para aterrizar a una comunidad ávida de mejorar su calidad de vida.
La coherencia y la prudencia pueden ser el cambio que más necesita la comunidad en los protagonistas de la campaña electoral que se avecina.
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