Por: Cristhian Gutiérrez Martínez
Es grato poder observar cómo —poco a poco— nuestra ciudad empieza a rejuvenecer; ciudadanos llegados de prepararse en las mejores universidades del país y del mundo regresan a Barrancabermeja para reclamar los espacios de liderazgo mal aprovechados por nuestros mayores, los mismos que tuvieron la oportunidad en todos estos años de cultivar una región más próspera y equitativa, pero, desafortunadamente, primaron sus intereses personales.
Hicieron carrera en la ciudad los ‘opinadores profesionales’, muchos de ellos acostumbrados y haciendo uso de la injuria y la calumnia para llamar la atención, captando el morbo de la gente, inventando chismes, creando historias o contando verdades a medias. Las nuevas generaciones, cansadas de esas torpezas, llegan a Barrancabermeja, prometen resultados con acciones positivas, sin confrontaciones, sin mala fe y enalteciendo el desdibujado y mal afamado servicio público en nuestra ciudad.
En mis charlas académicas siempre cumplo la obligación de decirle a los contertulios que «no siempre el interés personal prima sobre el general, que los dignatarios que en el sector público defienden sus intereses particulares no son ejemplo a seguir, que esos NO son los servidores públicos que necesita Barrancabermeja».
De otra parte, esos que les dicen a los ciudadanos “venga mañana” … “se cayó el sistema” … “el doctor está muy ocupado” … o la más detestable y asquerosa respuesta que he podido escuchar: “es que usted no es de la rosca del político de turno». Todo eso resulta inadmisible.
Se hace necesario que esa clase política vieja de nuestra ciudad de un paso al costado, que se retire de los escenarios de decisión de la ciudad, nunca lograron ponerse de acuerdo, siempre estuvieron atacándose de frente, por la espalda, por arriba y por debajo de la mesa y nunca lograron consolidar una ciudad para todos, donde, lamentablemente, primó la idea según la cual «ser de uno o de otro equipo político es el único y último argumento por debatir».
Por eso me gusta ver en el escenario a jóvenes como Emel Harnache, Jonathan Vásquez, Paul Solórzano, Gustavo Moreno, Yimmi Picón, entre muchos otros, formados y preparados para dar los debates desde los argumentos, su experiencia y preparación académica, dejando de lado la cizaña, la mala fe y los egoísmos ridículos que solo le han hecho daño a la ciudad.
El mensaje es claro y sencillo, a nuestros antecesores les quedó grande gobernar la ciudad, se carcomieron entre ellos mismos y nunca pudieron ponerse de acuerdo; teníamos un faro de luz en Carlos Andrés González Mebarak para esa transición generacional que reclaman estos tiempos, lastimosamente la fatalidad del destino decidió adelantarlo en su encuentro con el Todopoderoso, dejando acéfala no solo su colectividad que era el partido Liberal, sino a toda una ciudad que estaba volcada en su carisma, cariño y liderazgo.
La responsabilidad continúa en los que quedamos aquí. Estoy completamente seguro que esta generación no será inferior al reto de conquistar la ciudad, tomar su rumbo y llevarla a mejor puerto donde, seguramente, logremos tener la atención de las esferas de decisión en Bogotá D.C. y alcancemos los mejores beneficios para todos.
Les deseo un próspero año nuevo 2019 y unas felices y tranquilas fiestas rodeados de sus familiares y amigos, y una feliz Navidad para los que siguen la tradición cristiana.
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CRISTHIAN GUTIERREZ MARTINEZ es un habitual columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL. Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected] / Siga a Cristhian Gutierrez en twitter: @CristhianGtz / Lea el blog de Cristhian Gutierrez: http://cristhiangtz.blogspot.com/
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