Por: Horacio Serpa
Jaime Angulo Bossa fue Abogado, Diputado, Representante a la Cámara, Senador, Gobernador, Académico, Escritor, pero especialmente, Liberal. Militante y dirigente del Partido, al que sirvió con generosidad en diferentes momentos y responsabilidades, la última que recuerde, como Secretario General cuando la Dirección de la doctora Piedad Córdoba.
Se marchó Angulo Bossa, de manera definitiva. Escogió a Cartagena como Puerto de partida. Así tenía que ser porque fue la ciudad de sus querencias, donde logró muchas de sus vitales aspiraciones. Allí vivió con intensidad el frenesí de la política y desde ese lugar querido de los colombianos irradió su pensamiento progresista a diferentes lugares del País.
Jaime Angulo fue polémico y polemista. Hombre de carácter, serio, firme en sus creencias, definido en sus conceptos, de criterios claros, de irreprochable comportamiento. Fue un político de ideas, no de estómago ni de bastardos intereses. Transparente de alma y de actitudes. Apasionado y sectario, porque amaba a su Partido y defendía con intransigencia la ideología liberal, en la que identificaba a la democracia, la equidad social y la lucha sin cuartel por los irredentos.
Fue un pensamiento de izquierda. Un espíritu transformador. Un revolucionario en las ideas, como lo reclamara Uribe Uribe. Un liberal auténtico que “abrevó en las canteras del socialismo” y tuvo en la filosofía gaitanista la sabia revolucionaria que alimentó su espíritu inconforme y Socialdemócrata. Era uno de los duros.
Tuve la inmensa satisfacción de conocerlo, de tratarlo, de escucharlo en sus consejos y propuestas, de coincidir con su pensamiento altruista, renovador y de avanzada, como le gustaba decir. En los últimos años nunca dejamos de comunicarnos. Hace solo dos semanas, a propósito de uno de mis artículos en El Nuevo Siglo, me escribió para decirme que nunca descansaría buscando el bienestar del pueblo y tratando de lograr que su Partido se erigiera como adalid de la igualdad popular. Terminó el mensaje electrónico con una sentencia que lo pinta de cuerpo entero: “Sigo militando en el histórico y revolucionario partido de Gaitán, de donde nadie me podrá sacar”.
Hoy su Partido, en el que orgullosamente milito con el afán transformador de Angulo Bossa, vive una importante etapa de mejoramiento y renovación. Doce años de ostracismo, de garrote, no lo hicieron desaparecer, porque “las ideas no mueren”, como lo proclamó Galán. Una dirigencia joven que no se deja tramar del autoritarismo ni del neoliberalismo ni olvidará el compromiso liberal por la igualdad, hace esfuerzos por reivindicar lo mejor de su ideología para aplicarla con criterio moderno y atractivas innovaciones en busca de una Colombia democrática, incluyente, justiciera y en paz.
Fue lo que quiso Jaime Angulo Bossa, luchador, perspicaz, incisivo y contestatario, quien rema desde los mares de la Heroica hacia el oriente eterno repitiendo el verso inmortal de Machado: “Y cuando llegue el día del último viaje, y esté a partir la nave que no ha de tornar, me encontrareis a bordo, ligero de equipaje, casi desnudo como los hijos del mar”.
Bogotá D.C., 24 de Enero, 2012