Por: Darío Echeverry Junior.
La ciudad está en medio, o para algunos en la fase final, de un período de abundancia y de inversiones sin ningún parangón en la historia de este municipio. Es fácil notar como importantes recursos han dinamizado la economía local a lo largo del territorio, en su mayor parte provenientes del sector privado y que han terminado por desnudar nuestra lamentable realidad social. Estas inversiones privadas se han desarrollado al margen del gobierno local, que no ha logrado ponerse a tono con los retos económicos y sociales de la actual coyuntura y revelan la fragilidad del municipio, con unos liderazgos políticos desarticulados de las realidades económicas e incapaces de actuar como se debe.
Y lo anterior se ha reflejado en que, a pesar de este «boom» económico, la calidad de vida de la población de Barrancabermeja no ha mejorado. Tal vez todo lo contrario, se ha deteriorado rápidamente.
El costo de vida subió, los arrendamientos están por las nubes, las vías deterioradas y congestionadas, la accidentalidad vial es preocupante, la informalidad en todos los sectores es pan de cada día, la oferta de recreación es limitada, la inseguridad sigue siendo una constante, la inequidad es tristemente palpable … y así se podría seguir señalando lo mal que estamos a pesar de que la gente siente que el dinero se mueve por toda la ciudad. ¿La cuestión es qué hacer?
La respuesta no es sencilla, pero se puede sugerir que es necesario una verdadera voluntad de construir ciudad, de proyectar el municipio hacia el futuro, reconociendo tanto las debilidades como las fortalezas actuales. Pero para ello se necesita de políticos y gobierno local fuertes y determinados, dispuestos a construir una agenda de trabajo con todos los sectores sociales y económicos, sin intereses ocultos o agendas paralelas, que permitan un dialogo incluyente y ágil.
Frente al anterior drama no se pueden dar largas porque los tiempos corren en contra de la ciudad. Para esto es necesario que los partidos políticos, los gremios, las organizaciones sociales y la academia se preparen rápidamente para proponer y construir, sentar posiciones y respaldar decisiones.
Nada de esto es fácil, a decir verdad esto se ha propuesto tantas veces y tantas veces no se ha logrado nada que, lamentablemente, suena a «disco rayado». Sin embargo, este es el camino más adecuado, pues permite integrar realmente a Barrancabermeja en un proceso consensuado que permita enfrentar los problemas en común.
Este es un tema esencialmente político, hace falta ver si la ciudad tiene los políticos capaces de asumir este reto.
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DARIO ECHEVERRI JUNIOR es un columnista de Barrancabermeja Virtual que usted puede ubicar en el correo electrónico [email protected]