Por: Hernando Flórez Anaya
En los recientes años del uribismo, en el que el liberalismo transitó por la oposición, los políticos que se ampararon durante mucho tiempo en el trapo rojo, cambiaron sin ningún sonrojo de partido, llamados por sus intereses personales.
El partido liberal y sus dirigentes dieron un gran ejemplo de coherencia y los que se quedaron se armaron de razones, realizaron una oposición constructiva, se le dijo NO a lo que no era del talante liberal y se le dijo SI a las leyes y propuestas que le convenían al país.
Con la llegada del Presidente Santos y su apertura de la unidad nacional, el partido liberal retomo la agenda legislativa y producto de eso es hoy nuevamente el partido de las ideas que gobiernan, además su alianza con cambio radical y la posibilidad de que este partido desaparezca y se una al liberalismo es cada día una posibilidad más cercana.
La reforma política del 2010 permite esta unidad, pero también la posibilidad de consultas interpartidistas e introduce castigos a los partidos y a la doble militancia, estos aspectos propiciaran sin duda que la política mejore.
En nuestra ciudad el vaivén de políticos en el partido liberal ha dado pie para que este se vuelva una puerta giratoria, creo que el ejemplo nacional es aplicable claramente al nivel local, por lo tanto bien hace el directorio municipal en estipular la escogencia del candidato del partido liberal antes del 15 de marzo, ya que da tiempo para una buena campaña y para realizar coaliciones con los demás partidos políticos, organizaciones sociales, sindicales y en general con el pueblo de Barrancabermeja, avanzar en un partido coherente, con respeto a sus ideas pero también a sus estatutos es una tarea dolorosa y necesaria para acabar con la mala práctica de estar saliendo y entrando según la conveniencia particular y no la de un partido con la tradición y valores que tiene el glorioso partido liberal.
Escogido el candidato el 15 de marzo , la siguiente tarea será ahí sí, acercarse con generosidad y generando confianza a todos aquellos que quieran pertenecer a ese proyecto, aceptando incluso consultas interpartidistas, de ahí debe partir la posibilidad de unión, no con personas sino con los demás partidos y organizaciones sociales que tengan afinidades, compartan o acojan los programas del liberalismo, nuestra ciudad requiere una gran coalición de unidad, pero esta gran coalición debe ser institucional, no de personas, si logramos eso seguramente blindaremos de entrada el próximo gobierno municipal.
Acabar de una vez por todas con la puerta giratoria debería ser una decisión ética que permitiría acabar con el relajo ese de coger los partidos para conveniencias particulares, hacer buena política debe ser la consigna de quienes quieran desempeñar cargos públicos y eso empieza con demostrar que efectivamente se respetan las reglas de juego, por encima del personalismo e intereses particulares.