Por: Julio Mauricio Naranjo Rincón.
La Administración Municipal, cualquiera sea la visión o inclinación política de quienes la gobiernan, debe intervenir en la economía, ya sea en mayor o en menor grado dependiendo de la filosofía y los objetivos del gobierno de turno.
Dependiendo de los objetivos de un gobierno, la Administración debe intervenir en muchas formas la economía para lograr los fines que se persiguen. La intervención puede ser desde un simple a complejo control, o en una intervención más directa en el comportamiento de elementos básicos de la economía como el consumo, la oferta o hasta el ahorro.
Existen innumerables herramientas con las que la Administración Municipal, interviniendo puede moldear la economía a las necesidades de Barrancabermeja. Dentro de las herramientas más comunes tenemos los impuestos, los subsidios, controles de precios y el gasto público. Mediante la aplicación de una o varias de estas herramientas, se puede incidir directamente en la capacidad de consumo de la gente, en la oferta empresarial y la productividad de esta y en el nivel de ahorro de la población.
Por ejemplo, una Administración Municipal responsable debe estar interesada en impulsar o reactivar los sectores de la economía local, creando beneficios tributarios para las empresas que inviertan en dichos sectores; de allí vienen las zonas francas, las exenciones de impuestos a determinadas actividades, entre otros beneficios.
Pero quizás la herramienta más importante e indispensable, es el control que se debe ejercer a las empresas, principalmente aquellas que prestan servicios a la administración pública o de alto impacto en la sociedad, como es el caso de los contratistas de Ecopetrol y demás que estén ligadas al sector petrolero.
Aunque algunas corrientes políticas y económicas pregonan la libertad absoluta de la economía, se requiere un control e intervención de la Administración Municipal para evitar que algunos actores económicos cometan excesos y perjudiquen a otros o a parte de la sociedad barrameja, pues donde no hay control hay exceso y especulación tal y como acontece en nuestra ciudad, con los elevados precios en los arriendos, de la canasta familiar, como también en la necesidad inmediata que todos y cada uno de los vehículos que estén al servicio de lo público o de Ecopetrol, deban pagar el impuesto de rodamiento en nuestra ciudad.
La Administración Municipal necesariamente debe crear un marco que garantice unas condiciones ideales o al menos aceptables para todos los actores económicos, de lo contrario se creará un conflicto que puede llevar a la ruina a toda la economía local.
Desde este medio seguiré abogando por una “fuerte intervención” de la Administración Municipal en la economía de la ciudad, hecho que ayudará a que Barrancabermeja pueda mantener un progreso constante en su crecimiento económico. Desde ahora advierto de las consecuencias de hacer demasiado poco o de no hacer nada, que nos llevarán a un mayor déficit de trabajos, ingresos y confianza en nuestra economía, considero la actuación del Gobierno como algo esencial y sin la cual los años de “vacas gordas” en que está sumida la economía barrameja podría “durar pocos años” y las cifras del paro podrían alcanzar cifras de “dos dígitos”. De hecho, la recesión en algunos años provocara una ola de fracturas en todos los sectores de la economía local.
El futuro mandatario de los barramejos debe reconocer las consecuencias de hacer demasiado poco o de no hacer nada, que nos llevarán a un mayor déficit de trabajos, ingresos y confianza en nuestra economía local. Sólo el Gobierno local puede romper los círculos viciosos que están devastando nuestra economía, donde una falta control lleva a la pérdida de importante escenarios económicos para la ciudad, que a su vez lleva a una reducción aún mayor del gasto; donde la incapacidad de prestar y recibir detiene el crecimiento y conduce a una reducción aún mayor de la movilidad económica; siempre destacaré la necesidad de defender mi apuesta por las acciones reales de la Administración Municipal.
Se debe prever una reforma del sistema regulador local, que considero débil y desfasado. Una revisión de la regulación de los mercados locales y actuar con fuerza contra los temerarios y codiciosos que actúan en la economía barrameja para restablecer la confianza en los mercados. La reforma debe asegurar que el sistema económico local pueda resistir las crisis económicas y, a su vez, asegurar la protección de los consumidores y los inversores. Hoy mas que una crítica a los reguladores que no están haciendo la tarea para la que están destinados, considero que hay que evitar a toda costa un fallo catastrófico de los sectores económicos de la ciudad y para ello creo necesario un Completo Arsenal de Herramientas que contribuya a mantener el flujo estable de nuestra economía por muchos años a futuro.