Esta columna la iba a dedicar exclusivamente a los resultados de la consulta Liberal pero primero es necesario referirme al nuevo escándalo que produce el gobierno nacional y a la situación local. Es una verdadera vergüenza lo de agro ingreso seguro, que recuerdo fue promocionado como el programa del gobierno para proteger al sector agrario de los efectos del tratado de libre comercio con los Estados Unidos.
No hubo tratado pero si agro ingreso seguro, pero este no fue dedicado a los productores agrícolas sino a los pocos hábiles capaces de llenar los requisitos del programa y adjudicarse los subsidios no reembolsables. Lo triste de esto es que pese a su legalidad, estos subsidios no reembolsables no se los llevaron los sectores más productivos del agro o los campesinos más necesitados, sino cantantes, reinas, funcionarios públicos, amigos de gobierno, etc., todo legal pero flagrantemente inmoral. Mi capacidad de escándalo es de lejos superada por este gobierno, donde otra vez pasa de todo y no pasa nada.
El actual paro de los transportadores de la ciudad es una compleja situación producto de años de tomar malas decisiones, de parte tanto del gobierno local como del gremio transportador. La verdad del asunto es que muy pocos se sienten afectados y la vida de la municipalidad discurre casi con normalidad, cosa preocupante porque revela el profundo impacto de la informalidad. No hay salidas fáciles a la actual situación y se hacen necesarios grandes sacrificios de todos, pero ante todo la ciudadanía debe pensar en movilidad más que en resolver los problemas de unos pocos.
Finalmente el tema de los resultados de la consulta Liberal, que a pesar de la baja votación, señala un camino de cambio y fortalecimiento del partido en la ciudad, el departamento y el país. Las voces críticas de la consulta revelan que aun hoy la democracia no ha permeado de verdad amplios sectores de la sociedad y que el esfuerzo partidista no se mide en su real dimensión. En las consultas no se juegan puestos públicos o presupuesto, es un ejercicio de democratización de las organizaciones políticas y no todas se le miden, mírese a los partidos uribistas y sus estructuras verticales y jerárquicas, como el gobierno. Es de resaltar que en la ciudad nuevas personas llegan al directorio del partido y que los jóvenes empiezan a interesarse en el partido y la política, aunque sean unos pocos. El fortalecimiento del partido Liberal pasa por esta renovación y por los proyectos de unidad que se han consolidado con esta elección. Barrancabermeja necesita partidos fuertes y renovados, y sobre todo, unidos como el liberalismo después de esta consulta.
