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Fraude financiero en el sistema de salud: EPS manipulan cuentas por cobrar para ocultar crisis interna

La sobrestimación de cuentas por cobrar es una de las prácticas más sofisticadas —y dañinas— de fraude financiero en el sector salud colombiano. Su erradicación es clave para garantizar la sostenibilidad del sistema, proteger a los prestadores de servicios y, sobre todo, asegurar que los ciudadanos reciban la atención en salud que merecen.

Una práctica sofisticada de maquillaje contable mediante la sobrestimación de cuentas por cobrar a la ADRES está permitiendo a diversas EPS ocultar su situación financiera real, generando consecuencias graves para el sistema de salud.

En los últimos años, se ha evidenciado una tendencia preocupante en los estados financieros de muchas EPS: un crecimiento desproporcionado en el rubro de cuentas por cobrar a la Administradora de los Recursos del ADRES

Detrás de estas cifras infladas se esconde un mecanismo de fraude contable que, aunque técnico, tiene impactos profundamente humanos y estructurales.

¿Cómo opera esta modalidad de fraude?

El esquema consiste en inflar artificialmente el valor de las cuentas por cobrar, ya sea mediante el registro de cobros improbables o directamente ficticios. 

Esto se realiza con el propósito de mostrar una falsa solvencia financiera ante la Supersalud y otras autoridades, evitando así medidas como la intervención o la liquidación.

Las EPS suelen incluir como activos cuentas que la ADRES no ha reconocido, no reconocerá por estar fuera de plazo, o que carecen de soporte documental. 

También se incluyen recobros por medicamentos, procedimientos o tecnologías que están excluidos del Plan de Beneficios en Salud (PBS) y que, por tanto, ya han sido rechazados o glosados por la ADRES.

Otra modalidad consiste en retrasar la conciliación de saldos, manteniendo en libros cifras infladas durante largos periodos. Incluso se llegan a reconocer ingresos sin que exista un flujo real de caja, lo que falsea los estados financieros y dificulta el seguimiento por parte de los entes de control.

Un marco legal ignorado

A pesar de que existen normas claras para el manejo contable de estos recursos, como el Decreto 780 de 2016, las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) y múltiples resoluciones de la Supersalud, muchas EPS incurren en prácticas irregulares

Estas normas exigen, entre otras cosas, la provisión adecuada de cuentas incobrables, la conciliación periódica de saldos y la presentación transparente de la información financiera.

El incumplimiento de estos lineamientos no solo representa una falta grave, sino que podría ser considerado un delito, dado que se trata de recursos públicos destinados a garantizar la atención en salud de millones de colombianos.

Señales de alerta

Entre los principales indicadores que permiten detectar esta manipulación se encuentran: el crecimiento acelerado y sin justificación del rubro de cuentas por cobrar a la ADRES; una alta proporción de saldos con más de 90 días de antigüedad; ingresos reportados sin flujos de efectivo correspondientes; discrepancias entre los estados financieros y los reportes regulatorios; y altos niveles de glosas no resueltas.

Estos signos deben ser monitoreados de cerca por auditores, entes de control y analistas financieros, ya que constituyen una alerta temprana de posibles prácticas fraudulentas.

Consecuencias sistémicas

La manipulación contable tiene efectos en cascada. Al simular solvencia, las EPS logran retrasar la intervención de los entes de control, mientras continúan acumulando deudas con hospitales, clínicas y proveedores. 

Esto deteriora la calidad del servicio y pone en riesgo la sostenibilidad de la red prestadora.

Además, la planificación presupuestal del sistema de salud —basada en los reportes de las EPS— se ve distorsionada, lo que afecta la asignación de recursos y la implementación de políticas públicas. La falta de transparencia también erosiona la confianza ciudadana y debilita la credibilidad del sistema.

Rutas de acción y control

Expertos en auditoría recomiendan una serie de medidas para enfrentar esta problemática: verificar conciliaciones con la ADRES; analizar la antigüedad y recuperación de las cuentas por cobrar; revisar glosas y resoluciones de pago; comparar ingresos registrados con desembolsos reales; y cotejar los reportes financieros con la información presentada a los entes regulatorios.

En última instancia, el combate a esta forma de fraude requiere voluntad política, fortalecimiento institucional y un compromiso decidido por la transparencia y el uso eficiente de los recursos públicos.

La sobrestimación de cuentas por cobrar es una de las prácticas más sofisticadas —y dañinas— de fraude financiero en el sector salud colombiano. Su erradicación es clave para garantizar la sostenibilidad del sistema, proteger a los prestadores de servicios y, sobre todo, asegurar que los ciudadanos reciban la atención en salud que merecen.

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Fuente: Vicente Calvo en X 

Vicente Calvo es un reconocido analista experto en temas de salud e impulsor de la reforma a la salud que puede ser ubicado en la red social X como @vcalvot