Querido colega, cuando yo empecé a dibujar en el periódico El Tiempo era propiedad de la familia Santos, luego fue del grupo Prisa y los últimos años de Sarmiento Ángulo, vi en ese lapso de tiempo como el periódico aunque siempre fue de línea gobiernista cambió en su enfoque y en su calidad periodística.
El Tiempo a diferencia de otros medios no tiene espacios fijos para los caricaturistas que les pagan por una cantidad de caricaturas al mes, sean publicadas o no y respetan sus espacios.
El mismo Vladdo me decía que cuando dibujaba en Semana, si dibujaba una raya, una raya le pagaban.
En El Tiempo siempre ha existido un sistema que en el fondo es injusto. Ponen a competir a los caricaturistas.
Te pongo un ejemplo:
Los 6 caricaturistas envían mañana 6 caricaturas de diferentes temas, esas caricaturas entran a matarse unas a otras como en un coliseo romano y las 3 que sobrevivan ese día son publicadas y se pagan por una cuenta de cobro a 30 días.
Los que no clasifiquen pierden su trabajo y no les pagan, existen caricaturistas que mandan caricaturas a diario y les publican muy pocas y es frustrante; aparte de eso el precio de las caricaturas es casi el mismo de hace 20 años.
Ante ese panorama, jugué mis cartas a mi mejor manera, sabía que si iba a competir en esa carnicería de caricaturas en el coliseo de gladiadores de El Tiempo debía estar en buena forma, por eso durante 20 años envíe en promedio 3 caricaturas diarias, buenas, regulares y malas eso da más de 20.000 caricaturas.
Nunca me tomé vacaciones, dibujé como un loco domingos y festivos, incluso puedo contar los días que no envié caricaturas porque estaba enfermo o no tenía conexión en el sitio dónde estaba.
Incluso dibujé en la camilla de mi papá cuando estaba enfermo, dibuje en la clínica el día que nacieron mis hijos porque verdaderamente nací para hacer mamarrachos.
Construí mi carrera con esfuerzo, sabía que de esas 3 caricaturas diarias que enviaba a la dirección de El Tiempo alguna iba a ganar. Las que no clasificaban o que eran incómodas al periódico salían en mis redes sociales, muchas de ellas con mejor fortuna que las impresas.
Tengo una anécdota para que veas cómo era la vaina.
Cuando se cayó el puente de Chirajara (construido por el dueño del periódico) hice una caricatura y la propia hija del dueño llamó a jalarme las orejas. Captas?
En el gobierno de Duque me volví más incómodo, de la dirección me pidieron que ya no lo dibujara como un cerdo, cada vez me publicaban menos y nunca me dieron la cara para decirme la verdad, luego llegó el escándalo con Abelardo de la Espriella quien filtró mi información confidencial de la Fiscalía, pidió mi cabeza en El Tiempo y a las 3 horas exactas estaba afuera.
Lo que nadie sabe es que yo, desde el mismo día del escándalo les ofrecí renunciar públicamente para no afectar a la imagen del periódico. No aceptaron esa posibilidad.
A ellos no les interesaba que renunciara, necesitaban mostrar que me habían echado, necesitaban mi cancelación porque siempre fui incómodo.
Tengo millones de personas que siguen mis caricaturas y que creen en ellas, podrán o no estar de acuerdo pero siempre con la premisa de mostrarles la verdad con humor y eso se construye con el trabajo constante.
Esas personas son mi comunidad, la caricatura trascendió de los medios impresos y de los grandes conglomerados mediáticos, la caricatura es un lenguaje popular, por eso es tan peligrosa.
Vení, ¿Entonces vos, durante los 20 años que trabajaste en El Tiempo, propiedad de Sarmiento Angulo, fuiste un arrodillado al poder económico y tu independencia llegaba hasta que te pagaban la quincena? ¿Es esto una confesión? ¿O con vos no aplica? https://t.co/fs11jGeIfu
— 𝕏-tian (@UnCaricaturista) September 2, 2024
Querido X-Tian eres muy joven y tienes talento.
Analizando tus caricaturas deberías mandar la hoja de vida a la Revista Semana, si quieres le dices a Ficky Dávila que yo te recomiendo.
Allá pagan mucho mejor que en El Tiempo.
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