Tal vez conozcas a alguien que contrajo covid hace poco. O quizás tú mismo te hayas contagiado recientemente. En Estados Unidos, las infecciones de coronavirus han repuntado desde julio.
Se registraron 600 muertes semanales por COVID-19 en agosto, una quinta parte de las 3000 del mismo periodo en 2022 y muchas menos que las 14.000 semanales de agosto de 2021.
En todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, se han reportado 16.000 nuevos casos de infección en la última semana. Pero no todos los países llevan un registro tan minucioso como durante la pandemia.
No hay pruebas de nuevas variantes
A pesar del repunte, “no hay pruebas de que alguna de las variantes en circulación provoque una enfermedad más grave o evada la inmunidad con suficiente habilidad como para que las vacunas resulten ineficaces”, como informó hace poco la reportera de salud Apoorva Mandavilli.
Las personas vulnerables harían bien en tomar algunas precauciones adicionales: evitar espacios concurridos y cerrados, recurrir a mascarillas de buena calidad y procurar ponerse un refuerzo de la vacuna cuando esté disponible la actualización.
Si bien muchas personas están aliviadas de haber dejado atrás la zozobra que vivimos en los años pandémicos, muchas otras viven diariamente con sus secuelas.
La covid prolongada
“La covid prolongada es una montaña rusa”, dijo en un reportaje reciente Patricia Anderson, una bibliotecaria que no se ha recuperado del todo después de contraer el virus en 2020. Y es que alrededor de 11 de cada 100 estadounidenses han desarrollado covid prolongada o persistente.
La condición incluye problemas respiratorios, cardiovasculares, gastrointestinales, fatiga crónica, dolores y debilidad muscular y dificultades cognitivas y de salud mental.
También existen secuelas en el corazón que los especialistas aún no terminan de comprender: riesgos de sufrir enfermedades cardíacas, hipertensión y accidentes cerebrovasculares.
Recomendaciones
Se recomienda que quienes han contraído covid recientemente reporten a sus médicos cualquier molestia respiratoria o cardíaca.
En todo caso, conviene mantener el optimismo cauteloso de los expertos. “Lo que creo que estamos viendo”, dijo Dan Barouch, jefe del Centro de Virología e Investigación de Vacunas del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston, “es que el virus sigue evolucionando y entonces genera olas de contagio, la mayoría de las cuales esperamos que sean de poca gravedad”.
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Elda Cantú es la Senior News Editor para Latin America del New York Times
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