China abandonó su política “cero covid” a mediados de diciembre. Desde entonces, el gobierno solo ha reconocido siete fallecimientos por coronavirus y miles de nuevos casos. Pero, como informó nuestro colega Chang Che, uno de los corresponsales del NYT para Asia, hay señales inquietantes de que las cifras pudieran ser mayores.
El domingo, un funcionario de la provincia de Zhejiang calculó que las infecciones ahí excedían el millón de casos y un ministro de Salud de la ciudad de Qingdao dijo que se reportaban unos 500.000 nuevos casos diariamente.
Las autoridades están racionando el acceso a los medicamentos para bajar la fiebre y los antivirales, como el Paxlovid, han volado de las estanterías. Incluso en las boticas de Taiwán y Hong Kong, los farmacéuticos están viendo un aumento en la demanda, pues muchas personas han empezado a enviar medicinas a sus parientes en la China continental.
La explosión de casos en China tiene repercusiones también fuera del país:
Los científicos advierten que una ola masiva de casos en una población con poca inmunidad puede hacer que surjan nuevas variantes en el mundo.
Esto, aunado a la explosión de enfermedades respiratorias en Norteamérica, la llamada tripledemia —covid, virus respiratorio sincitial e influenza— significa que una parte importante del planeta está o estará enfermo por estos días.
Así que es buen momento de ponerse un refuerzo de la vacuna para la covid, vacunarse contra la influenza y, si vamos a estar en lugares cerrados y muy concurridos, volver a recurrir a la mascarilla.
“Sé que la gente está cansada de oír estas cosas”, dijo Peter Graven, de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregón. “No les estamos diciendo que tendrán que cambiar su vida para siempre. Ahora mismo, y por las próximas semanas, no estaremos en una situación favorable”.
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Elda Cantú es la Senior News Editor, Latin America del New York Times
