Mientras el país debate aspectos deportivos, artísticos, de corrupción de los mismos de siempre, se ejecuta un golpe de estado local sistemático, infame y propio de una DICTADURA.
El Distrito de Santa Marta y la Gobernación del Magdalena han sido cruelmente perseguidos política e institucionalmente por el Gobierno Nacional actual.
Desde la Constitución de 1991 se abrió el espectro democrático en el País en muchos sentidos, entre otros, el de la descentralización y las autonomías locales consagradas en diversas normas que sustentan el concepto consagrado en nuestra Constitución Política en su Artículo 1. “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”.
Mientras el País debate aspectos deportivos, artísticos, de corrupción de los mismos de siempre, se ejecuta un golpe de estado local sistemático, infame y propio de una DICTADURA. El Distrito de Santa Marta y la Gobernación del Magdalena han sido cruelmente perseguidos política e institucionalmente por el Gobierno Nacional actual. El presidente Iván Duque al mejor estilo de los dictadorzuelos se ha vestido de los Gobiernos que él mismo crítica y cuestiona para perseguir dos Gobiernos alternativos que muestran resultados efectivos en la gestión pública con nuevos modelos de Gobiernos Locales.
No ha sido suficiente el accionar orquestado y pagado por los clanes politiqueros, corruptos y mafiosos de Santa Marta y el Magdalena con los falsos positivos judiciales ya conocidos en años anteriores contra del Gobernador Carlos Caicedo, sumado al plan criminal para asesinarlo hace un par de meses y que arrojó como resultado su salida del País.
El respaldo POLITIQUERO Y CORRUPTO de un Desgobierno nacional hacia los clanes ha sido evidente y se ha caracterizado por su ineptitud, incapacidad e incompetencia para afrontar los problemas del país. Duque se ha convertido en el “Maduro” Colombiano, realizando golpes de estado locales, separando del cargo de manera infame al anterior Alcalde del Distrito de Santa Marta, Rafael Martínez, en un procedimiento propio de grupos al margen de la ley allanando oficinas sin órdenes judiciales, también su accionar se ha sustentado en la intervención de hospitales como el Julio Méndez Barreneche, entidad de salud intervenida justo cuando el gobernador Caicedo anunciaba la entrega de un buen número de camas UCI para los Samarios y Magdalenenses; esta persecución política y de bloqueo institucional también ha sido orquestada por los Alcaldes del Departamento cuando buscan “gestionar recursos” de manera autónoma a fin de llevar las grandes contrataciones para los clanes en sus territorios, un ejemplo claro de la capacidad de “abudinearse” los recursos públicos, es la vía de la prosperidad.
El bloqueo a la capacidad administrativa y financiera de la Gobernación del Magdalena se ha consolidado con la Asamblea del Departamento, diputados que juegan a querer hacerle el descredito al gobernador Caicedo, pasando por encima de los intereses colectivos del Pueblo Magdalenense, gobernación –que dicho sea de paso– fue entregada en ley 550 por los bandidos a los que esas corrientes políticas les aprobaban todo a pupitrazo en el pasado.
El “último gran golpe” dirán los bandidos del Magdalena, es la intervención a la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta – ESSMAR, empresa que hace pocos años arrebató al capital privado que servía a los clanes mafiosos del territorio. La ESSMAR hoy en día ha venido desarrollando una labor de asumir todo el proceso de agua potable y saneamiento básico en el Distrito, aspecto que si bien es cierto se ha convertido en un reto, también es cierto que se han desarrollado aspectos fundamentales en la solución definitiva al problema del agua en el Distrito, cuestión que en 30 años los clanes mafiosos no fueron capaces de solucionar, y si se robaron el agua de los Samarios.
Hoy no son ellos directamente, hoy es Duque quien le quiere robar el agua a los Samarios, interviniendo la ESSMAR y llegando con una Superintendente acompañada de coronel de Policía y antimotines de otro lugar del país, vulnerando la autonomía territorial, suplantando el poder público y militar del territorio, puesto que ni el Comandante del Distrito, ni el Comandante del Departamento hicieron el acompañamiento, razón por la cual varios funcionarios de la ESSMAR fueron golpeados físicamente y vulnerados en sus derechos por defender la empresa pública del Distrito.
El llamado es al Pueblo Colombiano, a la Ciudadanía activa, a los liderazgos sociales y políticos, a las Organizaciones sociales, en el sentido que hoy es Santa Marta y el Magdalena, mañana cualquier territorio del país con actores títeres cuyo libreto es perseguir y bloquear a todo el que piense diferente para gobernar un territorio. Como bien dicen algunos iudadanos indignados: “Pronto Cesará la horrible noche…”
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Jaime Alberto Ariza Correa es Experto Consultor en Democracia Participativa