Y debes leerme a mí porque yo también tuve que morir.
No soy médico, psiquiatra, psicólogo clínico, tampoco tengo Doctorado ni licenciatura en salud mental, solo me acompañan historias, esas que suelo compartirles en ocasiones.
En mi vida he pasado por muchos procesos que me han dejado cicatrices pero he aprendido a ir curando las heridas.
Con tan solo tocar tus cicatrices puedo sentir tu dolor, se cuando toda la noche lloraste, reconozco si estás bajo medicación psiquiátrica o si tú lucha es silenciosa.
Pero sabes algo………
Verónica la del libro de Pablo Coelho, ustedes y yo tenemos algo en común y no es un alma suicida. ¿Saben que es?
¿Lo saben?
Tenemos en común las ganas de matar eso que ya no queremos sentir, y como no sabemos qué hacer buscamos acabar con nuestra vida. Verónica lo hizo con fármacos. Yo lo hice con veneno puro. Una y otra vez durante muchos años.
Verónica al igual que yo remamos… Remar duele mucho, duele como un carajo….
Así como la mujer que anhela con tantas fuerzas a su hijo debe sentir el dolor de parir nosotros debemos pasar por experiencias dolorosas, y una puede ser más fuerte que la siguiente.
La única forma de ser feliz en esta vida es siendo fuertes.
No te tienes que matar, luego tu familia tiene que enterrar tu cuerpo.
¿Sabes que es lo que se tiene que enterrar?
Tus ideas locas, su dolor, su tristeza.
Lo que debes acabar, asesinar, matar, suicidar y destruir de cualquier forma y medio para luego enterrar es todo eso que te lleva a pensar de esa forma.
No te hundas como el Titanic rema, rema, y vuelvo y te digo remar duele.
¡Pero encontraras tierra firme!
No te auto mediques, no te diagnostiques, ni tu ni yo tenemos el perfil para eso.
Haga uso de los recursos disponibles para salir de ese lodo.
Aprende a romper de otras maneras, yo lo hago leyendo y escribiendo como en este momento.
Hazle daño a la copa, a la escoba, grita al trapero, pero quiere tu cuerpo, ámelo, respételo como nadie más lo hará́, y con todo el amor que quieres recibir. Hazlo tú, hazlo con fuerza.
Y si hoy no sientes las fuerzas suficientes para avanzar para levantarse, para sostenerse, yo te comparto parte de las mías.
Aquí estoy léeme, vuelve a leer el guion anterior antes de seguir bajando.
Y si no lo leíste aquí te lo repito: “Si hoy no sientes las fuerzas suficientes para avanzar para levantarte, para sostenerte, yo te comparto parte de las mías”.
Hoy te escribo mediante comando de voz con el celular apoyado en la cama para evitar se me caiga por el temblor en las manos, y por mi visión borrosa podré tener uno que otro problema de ortografía. Pero lo que no tendré es la capacidad para acabar con mi vida.
Yo sigo aquí aferrado con la poca fuerza que tengo a la fecha y estoy dispuesto a compartirla contigo.
Quiero que te aferres a la vida, no te enamores de tu drama personal, suelta todo y empieza a vivir con gratitud.
Suena loco pero saben que es lo más bonito de la vida.
¡VIVIR!
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David Martínez es un lider social y puede ser localizado en el Mail: [email protected]
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