Ante los nuevos resultados sobre el mercado laboral que arrojan la cifra del 22,7 % de desempleo de la mujer mientras que la de los hombres es de 13,4 %, que más se necesita para que el Estado reaccione y haga algo para afrontar esta seria crisis que están viviendo las colombianas.
Escuchando a funcionarios del gobierno hablan de apoyo a miles de mujeres cuando se trata de millones.
Se sabe que más de 40 % de los hogares del país tienen a una mujer como cabeza de hogar y que esto significa carencia de ingresos para atender a los miembros de esas familias. Pero esos datos no conmueven a nadie, no obstante ser esa crisis de empleo de la mujer una de las dolorosas secuelas de la pandemia.
Salen primero las mujeres de los empleos porque nunca llegaron a ser indispensables y son las últimas que ven oportunidades de reinsertarse porque muchas de sus actividades no se consideran imprescindibles: las tristemente célebres Pink Industries como las peluquerías, pequeños comercios, jardines infantiles.
Fuera de frases huecas durante este año de pandemia, para no hablar del pasado, no existen estrategias gubernamentales dirigidas a enfrentar esta situación.
Por ello se confirma que la situación de las colombianas no le importa a nadie, y menos al Estado, fuera obviamente de las mujeres mismas. Han reducido el precario presupuesto de la débil Consejería de la Mujer a cuya cabeza no tiene tiempo para presentar los datos que supuestamente elabora su oficina, y manda a un funcionario que repite sin la más mínima emoción y menos compromiso, datos que no le importan.
Mientras en otros países esas oficinas tienen rango ministerial la de aquí no existe, pero además su jefa vive muy pero muy ocupada.
¿Haciendo qué? Campaña para la vicepresidenta. ¡Qué tal!
En el fondo del problema sigue primando la obsoleta idea de que el trabajo remunerado es algo marginal para las mujeres porque su lugar es la casa.
Pero lo contradictorio es que tampoco frente a esa inmensa carga de cuidado no remunerado que realiza la mujer dentro del hogar y que durante la pandemia ha llegado a niveles que superan una jornada laboral y media, tampoco conmueve a nadie.
Lo más grave es que cuando se juntan los dos trabajos, el día normal de una mujer en este año, supera fácilmente dos jornadas, 16, 18, horas diarias. Si tienen pareja y le ayuda, ese peso se reduce a 14, 16 horas al día, de nuevo una jornada extenuante.
Pero esta elevadísima cifra de desempleo no es el único problema que ellas enfrentan: muchas ni siquiera pueden salir a buscar trabajo, es decir estar desempleadas, sino que sencillamente se convirtieron en inactivas porque las demandas del cuidado del hogar no les dejan espacio para generar ingresos.
¿Cómo sobreviven en un país como Colombia donde el 71 % de la población es pobre, 42 %, o vulnerable, 29 %, que apenas está por encima de la línea de pobreza?
Es decir, ¾ del país, o cubre a duras penas sus necesidades básicas, comer, pagar arriendo, ropa servicios o en la calle consigue un poco más.
Los gremios, fuera de frases, no hacen nada.
Por ejemplo, ninguno ha respaldado la llamada permanente de muchos analistas sobre la necesidad de crear empleos de emergencia: arreglo de jardines, de escuelas, de pequeñas obras que hacen mucha falta en las ciudades y que las mujeres podrían realizar.
Pero, además, empleos de cuidado remunerado, en escuelas hoy abiertas, en atención a adultos mayores en sus hogares y otras formas de cuidado que contribuyen a mejorar la vida de muchos y que generarían oportunidades de trabajo para otras tantas mujeres.
Además de los efectos que se están viendo en las principales ciudades y en los empleos formales, en ese escenario la participación de las mujeres en el mercado laboral sigue siendo una preocupación solo para los analistas.
Según el Dane, en enero el desempleo para ellas fue de 22,7 %, mientras que para ellos fue de 13,4%. Para Juan Daniel Oviedo, las mujeres jóvenes son el mayor problema de desocupación del país. ¿Dónde está la consejera de la mujer, la vicepresidenta, el ministro de Trabajo, la Misión de Empleo que olvidó este tema?
Mejor escóndanse. Creo que hacemos más los que nos dedicamos a entender su situación, pero nuestras propuestas nadie las escucha. Si a los hombres les estuviera pasando lo mismo ¿este gobierno patriarcal estaría tan quieto?
E-mail [email protected] – www.cecilialopez.com
Este artículo también lo puede leer en BVirtual “la nueva forma de escuchar radio” – para instalar la aplicación: Para Android – dar click aquí
Los usuarios de Iphone pueden descargar la nueva forma de escuchar radio dando click aquí
Para leer más noticias de Barrancabermeja y el Magdalena Medio pueden dar click aqui