En un reñido y aun inconcluso escrutinio, hay resultados no oficiales que permiten establecer que Joe Biden es el nuevo presidente de EEUU, y ganó por una corta diferencia de votos y en un disputado reparto de integrantes del colegio electoral.
Para sorpresa de todo el mundo, y una muestra del fracaso de las encuestas, la tan mencionada ventaja de Biden era un craso error, en promedio de las encuestas mostraban alrededor de 8 puntos entre los candidatos, en términos reales la diferencia se estableció en cerca de 2.5 puntos.
Lo que se había anunciado como una elección decidida, término siendo una competencia donde cada voto contaba y valía.
Biden ganó con alrededor de 74 millones de votos y Trump se quedó con 70 millones, rompiendo records de votación y mostrando como la participación creció. Así que el ganador y el perdedor pueden mostrar un amplio respaldo ciudadano, lo que muestra que la división de EEUU es más profunda de lo que se creía, las opiniones más distantes y la necesidad de unificar el país más urgente.
Otra cosa que se puede apreciar es que la democracia de EEUU está firmemente atada a instituciones y procedimientos de los siglos XVIII y XIX, haciendo complejo el proceso de participación ciudadana y de elección presidencial.
El país que promueve la democracia a nivel mundial atraviesa una verdadera odisea para elegir presidente, lo que revela la distancia del discurso a la realidad. El voto popular no decide de forma directa, y el colegio electoral se convirtió en un tormentoso proceso que aumenta la incertidumbre.
Todo el mundo esperaba, con ansias, los resultados de la elección presidencial en los Estados Unidos. El lenguaje y el discurso de Trump habían impactado a la opinión pública en todos lados. La elección presidencial se convirtió en un evento mundial, desde todas partes del planeta se seguían los resultados debido a que el presidente norteamericano se había convertido para unos en «un modelo a seguir» y para otros en «un referente de lo que no debe ser un líder nacional».
La elección de Joe Biden generó reacciones positivas y negativas en todas partes, solo porque significa la salida de Trump de la Casa Blanca.
Para Colombia la elección presidencial en Estados Unidos no va a implicar grandes cambios, se espera una continuidad en las relaciones a pesar de las denuncias sobre posibles favorecimientos de una organización política y líderes a una campaña y a un partido aunque no van a darse ningún tipo de retaliaciones, sin embargo, si habrá un cambio en los énfasis y temas de la agenda política entre los países. Particularmente el tema de derechos humanos y la implementación de los acuerdos de paz van a tener una mayor importancia.
El presidente electo conoce el país por su larga experiencia como congresista y como ex vicepresidente que lo acerca a asuntos como la situación para defensores de derechos humanos y reinsertados, al apoyo a instituciones como la JEP y al cumplimiento de lo pactado con las FARC.
El nuevo presidente de Estados Unidos seguirá buscando y protegiendo los intereses de su país, pero el cambio del primer mandatario implica recuperar valores y principios humanos y democráticos para la política de la primera potencia mundial, con los efectos que tiene eso para el mundo.
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DARIO ECHEVERRI JUNIOR, politólogo, profesor universitario y columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL. Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]
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