Un amigo me comentaba que aprovechando estos tiempos de pandemia, con toda la crisis económica y social que ha traído, se abrían también muchas posibilidades que valdría la pena empezar a mirar.
Hay que aprovechar estos tiempos para reflexionar sobre Barrancabermeja y establecer cuáles son los temas, asuntos, problemas, necesidades, oportunidades, como quiera llamársele, que deben ser prioritarios para la ciudad, por encima de intereses electorales o partidistas, que deben ser identificados en consenso para generar una agenda de ciudad que esté por encima de las veleidades de las elecciones locales y que debería guiar la gestión pública en los próximos años, sin importar quién sea el burgomaestre o los corporados.
La idea es un desafío político, que ya se ha intentado, pero que no ha podido madurar. Es una gran apuesta por la ciudad, una verdadera muestra de compromiso y responsabilidad política.
No hay que llamarse a engaños, no se puede crecer como ciudad sin consensos políticos básicos que guíen los intereses electorales, que varían cada 4 años, y que estén por encima del corto plazo en el que se vive, ese de los planes de desarrollo, y que más bien se piense Barrancabermeja a largo plazo.
El distrito necesita una guía fruto del consenso, un pacto político por fuera de intereses electorales que constituya un compromiso que oriente la gestión pública.
No es la primera vez que se intenta pero debería ser momento de tomarlo en serio, los problemas de los últimos años, la no realización del PMRB, las crisis petroleras, las dificultades financieras, las consecuencias de la pandemia, entre otros, deben significar un llamado a la reflexión, no solo a la sociedad civil, organizaciones sociales y gremiales, y academia, sino también a los partidos y líderes políticos.
Además la pandemia ha generado dificultades pero también oportunidades.
Ya no es necesario contar físicamente con muchas personas interesadas generando y presentando propuestas, ahora la virtualidad abre opciones para trabajar y construir consensos de otra forma.
Además hay una creciente institucionalidad social, con un importante número de espacios de discusión sobre asuntos públicos locales y un gran número de organizaciones haciendo planteamientos y propuestas.
El reto aquí es despojarse de los intereses particulares y asumir un compromiso con Barrancabermeja.
Si la ciudad logra empezar a pensar en ella misma, identificando temas o problemas o soluciones o asuntos de interés colectivo, se estaría dando un paso adelante para el desarrollo local.
Construir un dialogo social no es fácil, se hace necesario generar confianza y abrir espacios de participación.
Pero Barrancabermeja necesita de manera urgente consensos, de lo contrario seguirá atada a los vaivenes caprichosos de los procesos electorales.
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