Ante unas claras denuncias de fraude electoral y el posterior reclamo de uno de los perdedores, un sector de la oposición al uribismo (los «tibios»), decidieron atacar al agredido, es decir al que le robaron las elecciones (en este caso a Petro) y no a los que se las robaron (a los del Centro Democrático).
Fue motivo de análisis, crítica, censura y condena, los reclamos del perdedor (Petro), pasando por alto la gravedad del delito electoral cometido por parte de representantes del uribismo, según miles de horas de audios que, poco a poco, ha venido conociendo la opinión pública nacional.
Pareciera que comprar votos en Colombia, con dinero del narcotráfico, no fuera un delito, pero denunciarlo si, como lo hizo Gustavo Petro.
El periodismo «tibio» en Colombia, se dio a la tarea de tergiversar y atacar la protesta de los opositores al gobierno uribista de Iván Duque.
La «rivalidad» ha convertido a este sector de la oposición en la más poderosa herramienta que utiliza el uribismo para atacar a sus opositores. Son un arma que divide la oposición, con un poder mediático tan alto y efectivo, como la del propio uribismo.
En medio de todo este episodio absurdo, que solo le sirve al uribismo, queda clara la incapacidad que tienen los llamados «tibios» para liderar propuestas profundas y reales que busquen resolver los graves problemas de desigualdad, pobreza, corrupción y violencia que representa —con sus políticas de gobierno— el uribismo a la sociedad colombiana.
La llamada izquierda o progresista, como ellos se hacen llamar, liderada por Gustavo Petro, ha usufructuado el discurso liberal socialdemócrata y con coraje se arriesga a proponer soluciones, ofrecer resistencia y dar la pelea por resolver los grandes males del país.
Mientras tanto, los llamados «tibios» —herederos del discurso liberal progresista— en lugar de aportar ideas que generen nuevos liderazgos, que complementen el discurso de protesta, se dedican a atacarla y a dividirla, demostrando —hasta ahora— celos, debilidad, falta de liderazgo, falta de conocimiento e incapacidad política.
¿Qué es lo que sucede en el país?
Para nadie es un secreto que el sistema neoliberal ha deshumanizado la salud tanto para pacientes como para médicos.
Además hay evidencias que hubo fraude electoral, existe una relación probada del alto gobierno con el narcotráfico, un excesivo favorecimiento del gobierno a los banqueros en donde cada acto administrativo es para enriquecerlos mas y mas, un sistema de pensiones que no funciona, una corrupción política y administrativa cada vez peor, la politiquería, el fracking y una la violencia creciente en todo el país que todos los días ve caer asesinados a muchos de sus líderes sociales.
Los que nos sentimos contradictores del gobierno —«tibios» o «progresistas»— exigimos nuevos liderazgos que propongan soluciones que se sobrepongan a los celos y a las diferencias.
No es dividiendo la oposición como lograremos derrotar al uribismo
Queremos una nueva Colombia libre de corrupción, democrática, que edifique los cimientos de progreso y justicia para todos los colombianos, que surjan los nuevos liderazgos que establezcan la nueva política en función de la vida, la paz y la libertad.
Urge construir una verdadera alianza entre la ciudadanía libre, basada en principios liberales sociales y democráticos que permitan crecer con equidad y oportunidades para todos, reduciendo la desigualdad, generando riqueza, educación y empleo para gozar de una democracia en paz y en progreso.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
RAUL ANDRES ARDILA, abogado, columnista, puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]
Este artículo también lo puede leer en BVirtual “la nueva forma de escuchar radio” – para instalar la aplicación: Para Android – dar click aquí
Los usuarios de Iphone pueden descargar la nueva forma de escuchar radio dando click aquí
Le puede interesar: Coincidencias desafortunadas
Estimado político(a) esa obra NO es suya
El inevitable aumento de la protesta laboral
Para leer más noticias de Barrancabermeja y el Magdalena Medio pueden dar click aquí
