Se avanza en el levantamiento de las medidas de aislamiento y lentamente diferentes actividades económicas y sociales están siendo habilitadas para retomar su funcionamiento.
Aunque hay que decirlo, las realidades sociales hace semanas han llevado a que muchas personas retomen sus actividades económicas, las costumbres y tradiciones han estado por encima de las restricciones sociales.
Pero este proceso de retorno a la normalidad que parece en este momento inevitable presenta grandes retos no solo a la población sino especialmente al Estado.
¿Realmente estamos preparados para volver a la normalidad?
En este momento ya funcionan almacenes y centros comerciales, los bancos y droguerías nunca cerraron, y se anuncia que en las próximas semanas regresaran los viajes aéreos y terrestres, y se hará la reapertura de restaurantes, hoteles y cines.
Todo esto en un contexto de un aumento de contagios, en una dinámica que empieza a preocupar pues el número de contagiados a diario aumenta con los riesgos de que también aumenten los enfermos, con la consecuente necesidad de servicios médicos, en particular los servicios de unidades de cuidados intensivos (UCI).
Y esta debe ser la principal preocupación no solo nacional sino distrital, es decir, ¿si se cuenta con un sistema de salud capaz de atender el pico de contagio que se avecina, y la posibilidad de que aumente la demanda de servicios de salud y de UCI?
Es claro que nadie sabe a ciencia cierta que puede pasar, es posible que en las próximas semana se mantenga la dinámica de incremento de contagios, que en su gran mayoría podrían seguir siendo asintomáticos o que no requieran atención hospitalaria, lo que podría significar que hasta que no se entre en una etapa de disminución de contagios, se aplane la curva, no habría un cambio significativo en la demanda de atención en el sistema de salud y con la capacidad instalada se podría atender la situación.
Pero y si las circunstancias cambian que podría pasar.
Hasta el momento no se ha ampliado la capacidad de UCI en el distrito ni en el departamento, y su nivel de ocupación empieza a ser preocupante, así que en este momento frente a una eventualidad de un aumento de casos que requieran atención hospitalaria, el distrito podría enfrentarse a una verdadera crisis.
Esto no es una exageración. La disponibilidad de UCI en el país es un tema de gran preocupación, en algunas ciudades están en alerta frente a la disponibilidad de esas unidades y todavía falta llegar al pico de la pandemia.
Se ha podido conocer que de Barranquilla se han enviado enfermos a Medellín para atención en UCI. Hay que ser claros – no se ha aumentado la disponibilidad de UCI en el país – y aunque se han adquirido maquinas ventiladores esto no ha venido acompañado con la instalación de UCI, que necesita no solo aparatos médicos especiales sino también personal médico y de servicios con entrenamiento específico para trabajar en esas unidades.
Si se mira desde el punto de vista de salud, y particularmente de servicios hospitalarios, el distrito se encuentra bastante vulnerable, y el departamento está en igual o peor situación.
Eso debe ser una alarma para la comunidad, que debe demandarle a sus autoridades medidas urgentes, en especial a la gobernación, para cambiar esta situación, pues se han desaprovechado semanas que podrían haber sido utilizadas para hacer las gestiones, inversiones y adquisiciones necesarias para ampliar la disponibilidad de UCI en el distrito, como medida de precaución frente a los riesgos que se pueden enfrentar en las próximas semanas.
No se ha hecho nada
Es necesario reaccionar y hacer lo posible para fortalecer el sistema de salud lo antes posible.
En este contexto se refuerza la necesidad del autocuidado. El gobierno nacional hasta el momento no va a detener el proceso de regreso a la normalidad que viene adelantando desde hace semanas, y esto como se ha visto en la experiencia internacional genera riesgos para la gente.
Por eso se hace fundamental que cada persona asuma con responsabilidad el distanciamiento social y el uso de elementos de bioseguridad como elementos básicos en la vida diaria.
Las ayudas económicas que se han entregado hasta el momento, y las que se han anunciado para las próximas semanas, no han sido suficientes para que las personas enfrenten la cuarentena con la mayor rigurosidad posible, por eso se hizo indispensable que se retomaran las actividades económicas que le permitirán a la población, en especial los sectores más vulnerables, el acceso a los recursos que necesitan para sobrevivir.
La supervivencia ha llevado a que la cuarentena se flexibilice con todos los riesgos para la gente, en especial los relacionados con la atención hospitalaria, y frente a ese riesgo real no hay más alternativa que asumir el autocuidado como regla básica de la vida en las semanas que vienen.
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