Siento gran preocupación cuando oigo a muchos habitantes de Barrancabermeja lanzando frases «apocalípticas» como esta: “o morimos por el coronavirus o nos morimos de hambre”.
Cuando todos esperábamos que la calma ya había regresado a las golpeadas administraciones públicas de Barrancabermeja, luego de cuatro años de diferencias políticas que rayaron en la violencia y llegaron —incluso— a la jurisdicción penal y justo con un hijo de nuestra ciudad, heredero de una trayectoria política impecable aunada a la construcción de su propio legado y que ganara en el año 2015, legamente, la primera dignidad del municipio, el mundo —inesperadamente— es invadido por una enfermedad epidémica, «el coronavirus», que se ha extendido a muchos países y viene atacando a un gran número de personas, paralizando, por completo, muchas actividades económicas en todo el mundo, afectando —de paso— a nuestra querida ciudad de Barrancabermeja.
Como si fuera poco, por cuenta de fenómenos totalmente salidos de las manos de nuestra autoridad municipal, los precios del crudo petrolero a nivel internacional bajan a 20 dólares el barril y la moneda nuestra se devalúa frente al dólar norteamericano pasando la barrera de los 4000 pesos colombianos.
Todos estos tres golpes van —lamentablemente— directos al «abdomen» de nuestro alcalde, a las finanzas públicas del nuevo distrito, afectando también el bolsillo de todos los ciudadanos.
Frente a esta cruda realidad, se deben revisar muy bien los planes de nuestra ciudad relacionados con el turismo y la logística, porque justo, cuando un presidente de la república anuncia inversiones para Barrancabermeja, por cuenta de estas pésimas circunstancias, las finanzas nacionales se van en picada.
Podemos decir que el liderazgo de Alfonso Eljach no se ha opacado ante esos tres golpes generados por la fatalidad.
El alcalde de Barrancabermeja ha sabido responder con altura frente a los retos generados por el caos. La sola repartición el pasado fin de semana de más de 40.000 ayudas humanitarias a los estratos 1 y 2, son pruebas de su buen accionar frente a la emergencia, sin embargo, —y es bueno advertirlo— se ha evidenciado lo corto que se han ido quedando algunos secretarios del despacho, completamente desaparecidos de la escena, prácticamente «invisibles».
Aun así, estamos en buenas manos, guiados por un buen mandatario.
Sabemos —sin perjuicio de las dificultades que ya se observan en algunos despachos del distrito— el alcalde lo viene haciendo bien, no solo por su madurez, experiencia y capacitación, sino porque lo necesitamos para que lidere esta nueva etapa de reconstrucción de nuestra ciudad, reconstrucción que deberá llevarse a cabo después de la tormenta generada por estos tres golpes.
No son días fáciles para ningún alcalde o gobernador, las circunstancias los ha puesto en un momento donde cualquier decisión que tomen puede costar vidas; por eso, NO estoy de acuerdo con quienes actualmente atacan al alcalde. Las voces de inconformidad —algunos con mucha bulla en las redes sociales— en contra de la actual administración, incluso de personas cercanas al despacho del alcalde, deben ser por ahora, suspendidas por el bien de Barrancabermeja.
Hoy Alfonso Eljach necesita del respaldo de todos los ciudadanos para que tome las mejores decisiones, difícilmente todos puedan quedar felices, pero, por obligación, todos debemos estar unidos.
No es momento de criticar los contratos otorgados por la Administración Distrital para llevar mercados a muchas familias de los estratos 1 y 2, todo lo contrario, es prenda de garantía que contratos de gran valía queden en manos de personas conocidas en la ciudad de Barrancabermeja y claramente cercanas al actual alcalde, así se le podrá exigir con más claridad en su oportuno momento.
ADENDA: Es una fortuna que la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol, refuerce y no ahorre un solo peso en materia de salud. Hasta ahí todo bien. Pero, lastimosamente, Ecopetrol y sus empresas contratistas han suspendido contratos laborales que garantizaban a muchas personas un ingreso económico. Dolorosamente, esa falta de sensibilidad social contribuye a la terrible disyuntiva que están pasando muchos habitantes de Barrancabermeja: «morir por el virus o morir de hambre».
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CRISTHIAN GUTIERREZ MARTINEZ, columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL. Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]
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