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En Santander, “cagados y con el agua lejos” – Por: Jorge Gomez P

En Santander, “cagados y con el agua lejos” – Por: Jorge Gomez PUn dicho popular algo procaz -aunque veraz- resume la dramática y demoledora situación que hoy vive el departamento de Santander: “estamos cagados y con el agua lejos”. Y la explicación de lo que pasa la trae el paisano Puno Ardila en columna para Vanguardia: “cuando se llama a elecciones puede decirse casi con certeza quiénes serán los elegidos, porque cada voto tiene detrás ignorancia y necesidad”.

 

Aterrizando en lo que nos ocupa, en días pasados el coronel Hugo Heliodoro Aguilar -exgobernador de Santander que acaba de hacer elegir en el mismo cargo a su hijo Nerthink Mauricio- fue detenido por orden de la Corte Suprema, y al día siguiente ocurrió lo mismo con el actual gobernador, Didier Tavera Amado: un juez de la República le impuso detención domiciliaria por su presunta responsabilidad en la entrega del Programa de Alimentación Escolar (PAE) a Surcolombiana de Inversiones, por 35.767’321.026 millones de pesos, mediante proceso licitatorio cuyos requisitos hicieron que solo se pudiera presentar ese proponente. (Ver noticia).

 

En lo referente al coronel Aguilar, la trampa que lo tiene preso estuvo en que se declaró insolvente para pagar la multa de 6.400 millones de pesos que la Corte le decretó tras ser condenado a nueve años de prisión por su alianza con el Bloque Julián Bolívar de las AUC, que le sirvió para hacerse elegir gobernador en 2004. Aguilar llegó a un acuerdo con la Unidad de Victimas para cancelar la ridícula suma de 500 mil mensuales, pero cuando disfrutaba de libertad condicional la periodista Diana Saray lo vio manejando un lujoso Porsche avaluado en más de 350 millones de pesos.

 

Esto despertó el interés investigativo de Daniel Coronell, quien encontró que el vehículo figuraba a nombre de Yeison Albeiro Sáenz, un campesino que para la fecha en la que Aguilar fue gobernador recibía un subsidio rural de seguridad alimentaria, destinado a campesinos pobres. (Ver columna). La Procuraduría puso los ojos en tan anómala situación y pidió a la Corte que le revocara su libertad condicional, y el resultado final es lo que ya se sabe: el papá del gobernador elegido en la cárcel, acusado de fraude procesal. Sumado a lo anterior, el año pasado fue llamado a juicio por enriquecimiento ilícito y lavado de activos en un caso que también involucra a su exesposa Mónica María Barrera (ver noticia).

 

Para empeorar la situación, el político santandereano que hoy goza de mayor prestigio es otro farsante, Rodolfo Hernández, quien acaba de hacer elegir alcalde de Bucaramanga a Juan Carlos Cárdenas, cuyo mayor mérito fue haberse desempeñado durante 27 años como ejecutivo de la multinacional mexicana Cemex. Pese a que Hernández pregona a los cuatro vientos defender el agua de Santander, a esta empresa se le ve muy interesada en venderle a Minesa los 2’110.786 toneladas de cemento (según columna de Débora Escudero) necesarias para construir los túneles cuando el gobierno le conceda licencia para extraer el oro que reposa en las entrañas del páramo de Santurbán.

 

¿Y por qué dijimos atrás que el exalcalde Rodolfo Hernández es un farsante? Primero, porque se hizo elegir mediante engaño al elector con una “Carta de compromiso” donde decía que “de resultar elegido (…) adquiero ante usted el compromiso de: Garantizar su participación en el programa 20.000 hogares felices de su grupo familiar. Garantizar a una de los integrantes de su familia, con edad entre los 15-24 años, el acceso a un empleo de 4 horas, remunerado con ½ salario mínimo”. (Ver Carta de compromiso que nunca cumplió).

 

Segundo, porque apenas llegó a la alcaldía encargó a su hijo Luis Carlos para que, luego de entregarle a Vitalogic el contrato -redactado en la propia casa del alcalde- por el manejo de las basuras del área metropolitana durante 30 años, dicha firma les reconociera una suma cercana a los dos millones de dólares. Después de destapado el chancuco el alcalde afirmó que “mi hijo fue un estúpido” y que “no me contesta el teléfono, se escondió, no abre la puerta del apartamento», pero una investigación de Juan David Laverde para Noticias Caracol demostró que siempre estuvo enterado de los pasos de su hijo: “Ya mi papá habló hasta con Florín, el rumano, el de los de Vitalogic. Ya eso es un hecho. Toca ahora esperar”.

 

No vamos a negar que la alcaldía de Hernández tuvo cosas positivas, como haber derrotado la politiquería (o sea a la competencia) incrustada en el Concejo, o entregarle a su sucesor unas finanzas saneadas, pero no adelantó una sola obra digna de recordación. Y si de promesas cumplidas se ha de hablar, cumplió la de “hacerse el pingo” con el transporte pirata (para ganarse esos votos adicionales) y es esto lo que hoy tiene a Metrolínea al borde de la quiebra.

 

El peligro representado en Hernández radica en que detrás de su careta de luchador contra la corrupción parece esconderse una soterrada alianza con el uribismo hacia la presidencia, según se desprende -en parte- de una declaración dada al programa antioqueño Nos cogió la noche, donde dijo que “yo tengo una deuda de gratitud con el doctor Uribe, él me ayudó a mí”. (Ver declaración).

 

“Cagados y con el agua lejos” quiere decir que la solución de un problema estaría a la vista, pero luce imposible de alcanzar. En el caso que nos ocupa, la solución habría sido que los santandereanos hubieran elegido a un hombre honrado y culto como Leónidas Gómez, pero terminamos por preferir al hijo de un individuo corrupto y tramposo al cual más, salido de las entrañas del paramilitarismo.

 

Así las cosas, ¿quién no se va a sentir indignado y ‘arrecho’ con lo que tendremos que aguantar los próximos cuatro años en Santander…?

 

DE REMATE: En artículo publicado en Elespectador.com el pasado viernes 13 de diciembre, titulado Las maniobras del coronel Hugo Aguilar para quedarse con la CAS, hablé de las “componendas, alianzas non sanctas y jugadas por debajo de la mesa” que estaría haciendo el coronel Hugo Aguilar para apoderarse de la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS). Aunque ahí no hice ninguna acusación contra Luis Francisco Oliveros, uno de los candidatos a dirigir dicha entidad, este envía una carta donde expresa sus puntos de vista y hace algunas precisiones, la cual puede ser consultada en este enlace.

 

Tomado de El Espectador

 

 

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