Un tema esencial en esta campaña electoral pero poco profundizado es el petróleo y particularmente dos puntos, el fracking y el Proyecto de Modernización de la Refinería, los cuales representan dos elementos de interés primordial para la ciudadanía y que requieren una revisión más profunda y detallada con miras a tener candidatos, y posibles elegidos, con no solo ideas claras sino compromisos serios en esas materias.
En primer lugar, está el tema del Proyecto de Modernización de la Refinería de Barrancabermeja, un tema viejo y trillado pero que es de vital importancia para la ciudad.
La refinería de Ecopetrol es la principal fuente de recursos para el municipio, no solo porque es la empresa que más paga impuestos, sino que su dinámica de contratación de bienes y servicios incide directamente en la económica local, afectando contratistas, comerciantes, mano de obra local en casi todos los aspectos productivos locales.
Los ciclos de expansión y contracción de la economía petrolera afectan elementos básicos como el empleo, el consumo y la inversión, pública y privada, como se ha visto recientemente con la caída de precios del petróleo en 2014 que llevo a una contracción económica local que todavía afecta la ciudad, y se manifiesta con altos niveles de desempleo, aumento de la pobreza, caída del consumo y la inversión y estancamiento económico.
Es por esto por lo que la modernización de la refinería es un asunto de intereses fundamental para la economía local, pues no solo es la ejecución del proyecto en sí que significaría una inversión de más de 5.000 millones de dólares y que impactaría en empleo, compra de bienes y servicios, etc. en el corto y mediano plazo. Pero en el largo plazo la modernización de la refinería tiene otros efectos sobre la economía local mucho más importantes.
Si la refinería aumenta su producción significara que pagara más impuestos lo que implica más recursos de inversión para el gobierno local. También, la modernización de la refinería representa la posibilidad de un incremento en la contratación de bienes y servicios con el subsiguiente impacto en el consumo, la inversión y el empleo local.
Es cierto que hay otras actividades económicas importantes como el turismo o la agroindustria, pero en este momento y en los próximos años todavía no tienen un impacto significativo en el empleo local o en la inversión o en la tributación municipal.
A pesar de los discursos y los buenos deseos, el turismo no es una actividad económica importante, no hay una industria turística en el municipio y apenas se está estructurando una oferta turística que hasta el momento es insignificante en el mercado nacional. La agroindustria ha ido creciendo, el desarrollo de la industria aviar o de la palma de aceite ha tenido un impacto económico positivo pero limitado a algunos lugares del municipio, en el área rural, y presenta grandes perspectivas de seguir creciendo gracias a la inversión privada que seguirá impactando el empleo y el ingreso rural del municipio.
Pero para el área urbana del municipio estas actividades no impactan y no tienen incidencia en empleo o la inversión, lo que a pesar de su creciente importancia no es un elemento significativo para el municipio.
En estos términos es necesario retomar el tema de la modernización de la refinería como un asunto básico para la gestión de los concejales, diputados, alcalde y gobernador, pues el impacto para las arcas públicas y su utilidad para la inversión es demasiado importante para dejarlo olvidado.
Es necesario que este tema este de nuevo en la agenda pública local y departamental, y posicionarlo en la nacional, con el fin de gestionar que se avance en este punto, de lo contrario se estaría desperdiciando una fuente de recursos indispensable para la supervivencia del municipio, su desarrollo y crecimiento económico.
En segundo lugar, está el tema del denominado fracking, para el cual hay un consenso entre la mayor parte de los candidatos, los cuales se oponen al mismo. Esa negativa a la realización de la explotación de yacimientos no convencionales parte de una discusión más política que técnica, donde se ha posicionado un discurso acerca de los efectos negativos de este tipo de técnicas de explotación de petróleo, pero sin la rigurosidad científica que realmente permita determinar sus reales efectos sobre el medio ambiente, dicho, en otros términos, hay una propaganda negativa que no se basa en hechos sino en percepciones y opiniones.
La discusión técnica sobre el asunto apenas se está desarrollando en el país y todavía no hay resultados concluyentes, pero ya hay personas que han sentenciado el tema sin tener la suficiente información o tener pruebas sobre sus opiniones.
En términos reales la explotación de yacimientos no convencionales significaría aumentar las reservas de petróleo y gas del país, lo que significa autonomía en esa materia pues no se dependería ni de las importaciones ni de precios internacionales, asunto sensible cuando se habla de elementos primordiales en la economía del país.
Ese aumento de reservas tendría un impacto positivo para Barrancabermeja, pues gran parte de las reservas están en el área del municipio y su explotación significaría un aumento de los recursos por regalías y por el pago de impuestos locales, beneficiando la económica local por la dinámica que esta explotación traería al territorio. Además, significaría más materia prima para cargar la refinería y por lo tanto mayores recursos provenientes de esa actividad.
En términos simples, la explotación de yacimientos no convencionales podría significar más empleo, más inversión y más recursos para la municipalidad y para el sector privado, se dinamizaría la economía local. Lamentablemente, esa rapidez para rechazar el denominado fracking no se basa entonces en evidencia sino en opiniones sesgadas que no tienen asidero factico pues el terma apenas se está estudiando en el país.
Hay que esperar que los candidatos asuman posiciones sobre estos temas, basadas no en opiniones sesgadas sino en hechos, y sobre todo pensando en el bienestar de la población.
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