Editorial El Medio Magdalena.
El incremento de los robos, atracos y raponazos es un asunto nacional, en cada ciudad del país aumentan las quejas y denuncias de los ciudadanos que muestran su cansancio por el clima de inseguridad que no disminuye.
Esta situación supero la esfera local y departamental y es un tema nacional, de política pública y de capacidad de respuesta del Estado.
La Policía según la constitución del 91 a nivel local responde a los alcaldes, pero en términos reales su operatividad está diseñada desde el interior de la institución y el Ministerio de Defensa, así que las estrategias y tácticas para combatir la delincuencia no dependen de las realidades locales, de los conocimientos en terreno o de las necesidades de la población, sino de planes estructurados desde la capital del país.
Así que en términos reales los mandatarios locales tienen poco que hacer, solo exigir resultados y solicitar mayor operatividad, pero de fondo las acciones ya están definidas por estrategias que se diseñan desde Bogotá.
La inseguridad en Colombia, Santander y Barrancabermeja es un fenómeno complejo que requiere conocimiento del terreno y respuesta coordinada entre las instituciones.
En el municipio de Barrancabermeja es conocido por todos, la falta de efectivos, hay un déficit de policías, la prioridad de la protección de la infraestructura petrolera, la evolución de la criminalidad, la falta de coordinación y articulación institucional, la débil capacidad de respuesta operativa y la debilidad del aparato de justicia.
Este análisis podría aplicarse en cualquier ciudad del país, lo que significa que se debe cambiar la forma como se enfrenta a los criminales. La conocida estrategia de cuadrantes de la Policía realmente no da los resultados esperados y el crimen callejero, el raponazo y el atraco, son los que realmente afectan la calidad de vida de la gente.
La comunidad reclama una policía que combata efectivamente y disuada a los ladrones callejeros.
Es claro que los ciudadanos buscan caminar por las calles con tranquilidad, pretenden poder usar sus teléfonos celulares en la vía pública sin problemas o ir a un local comercial sin preocuparse por sus bienes y su dinero.
La realidad es que la Policía es incapaz de responder a esa necesidad. No es la primera vez en los últimos años que se hace ese reclamo, se ha vuelto repetitivo, así como se ha vuelto reiterativa la poca eficiencia policial. Y no es solo que se capture a los delincuentes, sino que también estos lo piensen dos veces antes de cometer sus crímenes, es decir que exista un verdadero efecto disuasivo.
Por esas razones en Barrancabermeja se recurre constantemente al Ejército nacional para que patrulle las calles y sea un factor disuasivo ante los criminales. Y también es necesario que otras entidades apoyen el trabajo de la Policía, como la Fiscalía y los Jueces, para hacer más efectiva la lucha contra la criminalidad.
Es momento de que la estrategia contra la delincuencia responda a las necesidades locales y no dependa de planes y estrategias nacionales. Decisiones cuestionables como el ataque frontal a las ollas de las drogas sin planes complementarios para su combate originaron que el tráfico de drogas se ubicara sin control en varios puntos de la ciudad; también el nuevo código de policía que le aumenta las funciones a la institución policial sin aumentar el pie de fuerza o incrementar sus recursos termina por afectar la eficiencia de la policía misma.
Todo esto no hace fácil la labor de la entidad, pero si es posible un enfoque más local se podría tener mejores resultados.
Es necesario tener observatorios locales del crimen, donde se pueda centralizar la información sobre ocurrencia, localización, victimas, entre otras cosas, que realmente indiquen la realidad de la seguridad municipal.
Mucha de esa información ya está disponible, pero se requiere personal para recopilar y analizar esta información, lo que implica más recursos, que deben ser solicitados por la misma institución policial a la nación, el departamento o el municipio.
A partir de un análisis local es posible desarrollar acciones diferenciadas para buscar combatir efectivamente el crimen.
Si se conocen los sitios en barrios y comunas donde ocurren más crímenes, por ejemplo, el asalto desde motocicleta es posible hacer en esos lugares por ejemplo retenes móviles permanentes en los horarios identificados como de mayor criminalidad o acciones similares.
Este tipo de actividades son las que reclaman la ciudadanía, que se hagan no solo por unos días, sino que sea permanente para que tenga no solo efectos directos sobre los crímenes, sino que sea un disuasivo para los criminales, que identificaran que la fuerza pública implementa esas medidas de manera permanente.
Además, la posibilidad de tener información permanente sobre los crímenes permitirá también conocer cómo cambian los criminales, sus métodos y sus lugares de acción para responder efectivamente a esos cambios. Así mismo también se podría saber a ciencia cierta cuantas unidades de policía se necesitan cuantos vehículos, equipos de comunicación, cámaras, etc., se necesitarían para impactar positivamente a la seguridad.
Por eso el conocimiento de lo local y la implantación de medidas desde ese saber son indispensables para que se pueda disminuir la inseguridad y es lo que reclama la comunidad.
Habrá que esperar si la Policía Nacional escucha por fin.
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