Se siente en Colombia un hartazgo, una llenura con esta corrupción desbordada que nos tiene, como país, atado al subdesarrollo. Que nos tiene condenados, además, a una clase política tradicional, organizada como ‘concierto para delinquir’ y que se sostiene del fraude electoral y sobre la base del atraco de los recursos públicos, financiados por los más pobres y los asalariados que pagamos impuestos.
Por eso, esta clase política tradicional, se ‘opone en silencio’ a la consulta popular convocada para el próximo domingo, en la que se pedirá al pueblo que ordene al Estado tomar unas medidas que disminuyan la corrupción en el sector público. Otros, como militantes y congresistas del partido Centro Democrático, por las redes sociales lanzan información falsa, buscando evitar que la consulta supere el umbral de participación exigido por la ley, que la ciudadanía se sienta empoderada y que nuestra frágil democracia resulte fortalecida.
La extraordinaria reacción pública negativa al encuentro de los expresidentes Gaviria, Pastrana y Uribe, la debilidad del gobierno en el Congreso, el rechazo masivo a los anuncios del ministro de Hacienda sobre una nueva reforma tributaria, que condenará a asalariados y pobres a pagar más impuestos, mientras ricos y grandes empresas pagarán menos, el desastre de la campaña de José Félix Lafaurie para la Contraloría General de la República, muestran cómo partidos tradicionales, gremios empresariales y políticos corruptos se han unido en un ‘Falso Acuerdo por Colombia’ tratando de atajar la oposición contra ellos, que no para de crecer desde comienzos de este año.
Hay una nueva polarización política entre este ‘combo’ que ejerce el poder a punta del saqueo al Estado y el fraude y una creciente ciudadanía independiente que rechaza esta manera de ejercer el poder robando. Por eso, después de muchos intentos de aprobar leyes anticorrupción en el Congreso, rechazados todos, tocó recoger más de 4 millones de firmas y convocar una consulta popular para poder eliminar algunos de los mecanismos delictivos que les permiten permanecer en el poder.
Claro, en teoría, todo el mundo está cansado de la corrupción y salimos a votar indignados contra ella, queremos cambios. Por su parte, todos los políticos se comprometen a luchar contra ella. Eso se escucha en campaña, pero en la práctica sucede siempre otra cosa.
El mejor ejemplo de este discurso anticorrupción en lo público y de oposición por debajo es el del partido Centro Democrático. Partido salpicado por escándalos de corrupción recientes, que se opone ahora, a que se les pregunte a los colombianos si quieren que se hagan unas reformas normativas necesarias para exigir transparencia a la clase política, se hagan más duras las sanciones contra la corrupción y se les penalice sin beneficios.
Si antes tenía dudas sobre salir a votar la consulta, ahora que el Centro Democrático está contra ella, mucha cosa buena debe tener. Hay que salir a respaldarla con nuestros votos.
Andan diciendo ahora que «es inútil gastar trescientos mil millones de pesos en una consulta», como si la democracia fuera un problema de gastos y no de derechos y soberanía popular. Además, el valor de la consulta se recuperará con los dineros que ahorrará el país con estas reformas. Cada día los ciudadanos queremos más democracia directa porque sentimos que los congresistas actuales, salvo algunas excepciones, no nos representan.
Debemos salir a votar masivamente SIETE VECES SI el próximo 26 de agosto, el enorme saqueo al Estado afecta las vidas cotidianas de todos y todas, la salud que no recibimos, la mala educación pública, el pésimo estado de las vías de comunicación, etc.
Estos serán los temas que resolveremos el próximo domingo
— Presupuestos públicos con participación de la ciudadanía
— Congresistas deben rendir cuentas de su asistencia, votación y gestión— Reducir el salario de congresistas y altos funcionarios del Estado
— Cárcel a corruptos y prohibirles volver a contratar con el Estado
— Contratación transparente obligatoria en todo el país
— Hacer públicas las propiedades e ingresos injustificados de políticos elegidos y extinguirles el dominio
— No más atornillados en el poder: máximo 3 períodos en corporaciones públicas
A todo esto, votemos SÍ.
Ni los congresistas ni el gobierno actual harán estas reformas si no los obligamos a través de esta consulta.
No vacile en hacerlo, salga a votar.
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EDWIN PALMA EGEA, es un habitual columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL. Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected] Consulte el Blog de Edwin Palma aquí: http://laboralistapalma.blogspot.com/
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