El Consejo de Estado acaba de ordenar a la Fiscalía indemnizar al médico barranqueño José Manuel García Sánchez por un injusto ‘carcelazo’ de 14 meses. García es el alcalde de Roncesvalles – Tolima, una población de 6 mil habitantes y un presupuesto de $ 5 mil millones. Lo sindicaban del delito de «rebelión» por atender en el Hospital a guerrilleros heridos. Con el fallo del alto tribunal se protege la misión médica.
EL CASO
Todo se remonta a principios de este siglo, cuando el médico García Sánchez se desempeñaba como gerente y médico del Hospital Santa Lucía de “Ronces” justo cuando la guerrilla de las FARC bajó de la cordillera y se tomó esa población tolimense. Fue el Frente 21 de esa guerrilla (hoy en la vida civil) comandado por alias “Walter” la que produce el ataque, resultando herido el subversivo y otros guerrilleros.
Al Hospital de García llegan los heridos y son atendidos, logrando el médico santandereano salvarles la vida a todos ellos. Esa actuación, les valió a él y a otros 17 ciudadanos —entre campesinos y comerciantes roncesvallunos— que los «empapelaran» y fueran a dar tras las rejas.
“Yo bien limpio que andaba y las autoridades me preguntaban que cuánto me pagaba el Secretariado de las Farc por los domicilios que le hacía a Tirofijo y a sus muchachos”, recuerda este egresado del Colegio El Rosario de Ecopetrol.
“No podemos negar la atención médica a nadie” fue el argumento de la defensa del hoy alcalde Roncesvalles, población tolimense a la que llegó García a finales del siglo pasado a cumplir con su año rural, a encontrar a la médica siquiatra que es su esposa hoy en día y a disfrutar del producto insignia de allí que es el «queso doble crema». Con su señora y la indemnización prevén adelantar una obra social de prevención del suicidio en adolescentes en Ronces.
SU CAPTURA FUE EN BARRANCABERMEJA
Fue una captura masiva la que se produjo en el año 2004. El 11 de junio para ser exactos. “Estuve preso durante 15 días y aunque quedé libre, el proceso siguió en firme”, recuerda el profesional de la medicina.
La justicia dicta orden de captura contra los implicados y a García Sánchez no le quedó otra que esconderse en una finca de un primo suyo en área rural de Barrancabermeja. “Pero en agosto, una amiga de Ibagué viene a visitarme y detrás de ella venían los sabuesos que me agarran en el parque Camilo Torres donde esperaba a mi amiga”, recuerda el mandatario de los roncesvallunos, quien también no olvida que a ese parque en Barrancabermeja lo llaman “El Descabezado”.
Una vez capturado, el médico García es llevado al Comando de la Policía del barrio Parnaso, muy cerca a los barrios 25 de Agosto y La Libertad, lugares donde transcurrió su infancia y adolescencia, y los que suele frecuentar para saborear un plato de bocachico frito o sudado.
“No fui a parar a la cárcel de Barrancabermeja porque allí estaban los paramilitares y yo para la justicia era guerrillero”, recuerda el médico santandereano. Fue llevado al Patio 4 de la Modelo en Bucaramanga donde estuvo privado de la libertad durante 14 largos meses, muy lejos de las montañas de nombres pirenaicos de su amado Roncesvalles.
LA BATALLA JURÍDICA
Fue hasta diciembre del año 2009, cuando se da el fallo absolutorio en el señalado caso. Ninguno de los capturados fue condenado. Este año, casi diez años después, el Consejo de Estado le da la razón al médico García Sánchez luego de revocar una decisión en contrario del Tribunal Administrativo de Ibagué.
“Este fallo fija doctrina sobre la protección de la misión médica en todo tiempo, amén de las cucarachas que el paciente pueda tener en la cabeza”, sostiene García. “Un médico no puede ser juzgado por salvar la vida de quien tiene al frente”, agrega el hijo de “Vaquerillo”, como cariñosamente se le conoce a su padre en Barrancabermeja, hoy pensionado de Ecopetrol.
Justamente el alcalde García recuerda que, así como atendió a los guerrilleros heridos en el Hospital Santa Lucía en “Ronces”, cuando viajaba a la finquita de su padre en el Opón (Santander) debía no solamente atenderles consultas a los paramilitares sino que además había que pagarles peajes. “Yo con gusto atendía las consultas y papá pagaba el retén”, comenta.
Es esta la historia del médico barranqueño que hoy oficia de alcalde un municipio distinto al de su natal Barrancabermeja.
Para esa población del Tolima, donde lo ven como «un costeño de agua dulce», él ha llevado mejoras a la plaza de mercado, coso, cancha sintética y cámaras de seguridad, entre otros logros.
Indica que fue elegido con 700 votos y que lo más difícil de gobernar es que «siempre habrá pacientes inconformes». Por eso cuando se le pregunta si le gustaría ser alcalde de su natal Barrancabermeja, afirma: “lo mío es la medicina. Yo estoy prestado a la política”. Y concluye diciendo: “zapatero a tu zapato”.
Antes de finalizar este reportaje, quiero compartir con los lectores de BARRANCABERMEJA VIRTUAL un informe oficial de la doctora Sonia Milena Torres Castaño, Coordinadora de la Unidad de Defensa Jurídica de la Fiscalía General de la Nación, en donde detalla —en miles de millones de pesos— lo que le cuesta al Estado colombiano (ciudadanos que pagan sus impuestos) los errores de la Fiscalía.
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