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La noticia que perdió credibilidad

La noticia que perdió credibilidadPor: Cristhian Gutiérrez Martínez

 

Me ha llamado mucho la atención el programa de comunicación social de la Universidad Abierta y a Distancia (UNAD),  que viene ofreciendo —a muchos periodistas empíricos en todo el territorio nacional—  una formación profesional idónea, que facilita al periodista ingresar a una cadena de formación técnica y profesional, que le brinda un grado en comunicación social, un diplomado de profundización en redes sociales, una maestría en temas mediáticos, pero sobre todo el buen reflejo de una formación académica en valores.

 

Varios periodistas en la ciudad de Barrancabermeja han participado de este convenio y los resultados han sido excelentes.

 

Sin embargo, las dificultades aparecen porque —en medio de la estantería del supermercado, lleno de hermosas manzanas— aparece la ‘fruta podrida’ que termina infectando a todo el cajón.

 

Me refiero a ciertos «profesionales de la comunicación social» (por fortuna  aquí  es sola una señora la que da el mal ejemplo) que queriendo ampararse en el derecho constitucional de la «Libertad de Expresión», traspasa los límites del Código Penal Colombiano, al desarrollar conductas que pueden iniciar en la injuria y la calumnia y terminan en una falsedad.

 

Lamentablemente, nuestra ciudad no es ajena a esta clase de «personajes».

 

Una señora —ya bastante mayor y de pésima reputación en su gremio— ha venido sembrando, en cada gobierno donde no está vinculada con OPS  o del que es desvinculada por chismosa, (como falsificar logotipos de empresas públicas para generar noticias falsas), es un buen ejemplo en el periodismo, pero, de lo que ‘NO SE DEBE HACER’.

 

Es como si el título de periodista se lo hubieran otorgado en la ‘Calle del Cartucho’.

 

la noticia que perdió credibilidad, los barranqueños  ya no la compran, terminó en la canasta de la basura y totalmente en banca rota.

 

Esta señora, no contenta con el rechazo de la comunidad, que no quiso seguirle comprando su “información”, ahora se esconde en redes sociales, eructando veneno y desde allí, ya con muy poca audiencia, lanza toda clase de porquerías en contra de quienes no acceden a sus chantajes y extorsiones.

 

Resulta repugnante verla refugiada en el óxido de una vida deplorable, llena de odio y mezquindad, que no tiene reparo en insultar mujeres, familiares, o funcionarios públicos, sin fundamento ni pruebas.

 

El tiempo le pasó factura a este ‘delincuente del periodismo’ que a donde llegó —en sus tiempos de ‘gloria’— sembró malestar, montando grotescos ‘peajes’ buscando ‘tajada’ en medio de las disponibilidades presupuestales que cobraba en el gobierno del ‘Emperador Romano’, robó en fundaciones animalistas y cobró ‘doble pauta publicitaria’ por hablar bien y mal de la misma empresa al mismo tiempo.

 

Una periodista que ya en el ocaso de su carrera se encontró con que ‘no cultivó nada’, y que sus «obras»,  hoy,  ya no le dieron para recoger sino más de 15 denuncias penales en su contra de las que —tarde o temprano— tendrá que responder ante la justicia colombiana.

 

A las nuevas generaciones de comunicadores sociales, principalmente los que se preparan en nuestra ciudad y que con mucha alegría y satisfacción veo crecer y formarse en las aulas de la UNIPAZ, es importante que tengan claro que la objetividad y la imparcialidad distingue al verdadero periodista del «traficante» de la información, o testaferros de la mentira.

 

Son ustedes, las nuevas generaciones de periodistas, la renovación de los medios de comunicación de Barrancabermeja y los que se encargarán de mostrar lo mejor de nuestra ciudad.

 

Alguna vez escuché decir que el periodista —a diferencia del abogado— cuando se encontraba en la disyuntiva entre la verdad y la justicia tenía que escoger la verdad, caso que no siempre ocurre con los abogados que siempre tendrán que inclinarse hacia la justicia, así no sea muy coherente con la verdad.

 

En esta periodista de la noticia que perdió la credibilidad tenemos el ejemplo de lo que NO SE DEBE HACER.    Su nombre no es necesario decirlo en esta columna, NO vale la pena, pues su pésima reputación y comportamiento hablan por ella sola.

 

Antes de concluir esta columna, quiero compartir con mis amables lectores una información publicada por el diario El Espectador y que da cuenta de un concepto de la Corte Constitucional de la República de Colombia sobre el uso que le debemos dar a la red social Facebook y que considero importante que conozcan especialmente los estudiantes de comunicación social en nuestra ciudad.

 

PARA VER INFORMACIÓN HAGA CLICK AQUI

 

 

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CRISTHIAN GUTIÉRREZ MARTÍNEZ es un habitual columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL.   Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected] /   Siga a Cristhian Gutiérrez en twitter: @CristhianGtz  /  Lea el blog de Cristhian Gutiérrez: http://cristhiangtz.blogspot.com/

 

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