Por: Darío Echeverry Jr.
En los periodos previos a las elecciones, de cualquier corporación, siempre aparecen los llamados a la renovación, a rescatar la política de los políticos, a buscar reivindicar lo local, a la unión, en fin, a algunas de las aspiraciones que le son propias al ideal que tienen muchos ciudadanos de lo que es la practica política y que no ven tan seguido como quisieran en la realidad.
Pero lamentablemente esas aspiraciones, que no solo son válidas, sino que serían útiles para fortalecer la democracia, difícilmente se alcanzaran porque la lucha de intereses, elemento básico de la política, mantiene un alto nivel de intensidad.
Lamentablemente no ha llegado Barrancabermeja a un momento de confluencia de social y política que permita definir intereses comunes, sino que se vive en una permanente confrontación que impide realizar proyectos electorales que privilegien la renovación, lo local y la unión por encima de la lucha de intereses individuales, común en el ejercicio político actual.
Todavía la politica local no ha alcanzado un nivel de madurez o de hastío, generalizado, que permita que la población aprecie la necesidad de que se deben construir proyectos políticos de largo plazo que busquen lo colectivo, identificando problemas y soluciones fruto de consensos sociales incluyentes, y que permitan identificar cuadros para cargos de elección popular, que se postulen desde las bases de la estructura política para llegar hasta las altas dignidades de la democracia.
La historia local ha enseñado que los proyectos políticos locales exitosos han surgido a partir de la construcción de poder desde las bases, desde la comunidad, impulsando el liderazgo desde los barrios, comunas y el concejo, para que a partir de allí se pueda llegar a otras dignidades, teniendo como guía una visión compartida, un proyecto de ciudad, que permita aglutinar a la ciudadanía entorno a una idea común.
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La ausencia de estas circunstancias, difíciles de juntar, ha ocasionado que Barrancabermeja adolezca de proyectos políticos fuertes y de larga duración, hace ya un par de décadas que se extinguió el ultimo, y se viva en una constante lucha individual, de personalismos y caudillos que solo representan sus propios intereses, por fuera de estructuras políticas, sin construir desde las bases y que carecen de una visión de ciudad y de propuestas, con escasa permanencia en el escenario político y con poco impacto en su gestión publica.
Es por estas circunstancias que la representación política local en escenarios departamentales y nacionales es casi nula, así como que son pocos los escenarios de tomas de decisiones donde los barranqueños puedan participar y defender los intereses de la ciudad. es indispensable que la comunidad le apueste a propuestas que permitan construir un proyecto político de larga duración y con visión de ciudad, que se haga desde estructuras internas que superen las meras ambiciones personales y se articulen a organizaciones que le den sustento programático y articulación a nivel departamental y nacional.
Las elecciones que se aproximan pueden ser una oportunidad para iniciar ese proyecto político que tanto se anhela y se necesita.
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