Por: Jaime Calderón Herrera
Una estrategia para mejorar la productividad de las empresas, mantener la lealtad de sus clientes y mejorar su reputación, es la de hacer los negocios apegados estrictamente al cumplimiento de las leyes y basándose en principios éticos.
A esta estrategia se le conoce como Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y se dirige tanto al ambiente interno de una empresa, como a su entorno.
Sus acciones se orientan al desarrollo de las personas en términos de valores que contribuyan al mejor pensar, actuar y estar de sus colaboradores, pero también van dirigidas a sus familias, a sus clientes, a sus proveedores, a la comunidad y a influir en políticas públicas que logren revertir la relación perversa de pobreza, mercado y competitividad, común denominador en países como el nuestro.
La RSE no está orientada a actos de filantropía, sino que es tan simple como cumplir con las leyes, realizar las labores dentro de un marco ético, actuar con trasparencia y rendir cuentas a la sociedad.
El talón de Aquiles de esta estrategia está en la presión social equivocada, mayoritaria en nuestra Colombia, que estimula los antivalores del individualismo, el enriquecimiento fácil, los atajos, la violación permanente a la norma, la polarización, la promoción del odio y la falta de prevención de la venganza, que impiden ponernos de acuerdo en un propósito común.
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Cuando miro al sector de la salud, que me atrevo a afirmar, es el más complejo de los sectores de servicios y de todos los sectores económicos de una sociedad, pienso en la urgente necesidad de que las empresas de aseguramiento y las prestadoras de servicios de salud adoptaran la RSE como sendero por el cual construir las soluciones que requiere la sociedad en esta materia.
Los poderes del Estado, Ejecutivo, Cortes y Congreso, deben llegar a un consenso que haga viable la implementación de la Ley Estatutaria de Salud.
Los actores del sistema deben hacer lo propio y nosotros los médicos, debemos adoptar el compromiso con una responsabilidad social individual en todas y cada una de nuestras acciones.
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