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Humberto de la Calle, ¡pilas!

Humberto de la Calle, ¡pilas!Por: Cecilia López Montaño

 

La única manera de enfrentar al peligroso uribismo es que De la Calle sea candidato de esa sociedad civil progresista y demócrata, que quiere que este país cambie para bien.

 

La campaña presidencial se ha precipitado y, por consiguiente, es hora de aceptar esa realidad y hablar sin tapujos.

 

El Centro Democrático ya ha dejado muy en claro sus planes y no solo lo dicen sus vallas publicitarias, sino en las decisiones de sus seguidores y en las mismas palabras del expresidente Uribe. Los miembros de este partido votarán por el candidato que escoja su jefe, una especie de dedazo a lo mexicano.

 

Ya hay una coalición entre Uribe y Pastrana lo cual mete en la contienda de ese grupo político a los candidatos del partido conservador cercano a los dos expresidentes. Como si fuera poco, el expresidente Uribe ha dicho claramente que su programa es revisar los acuerdos de La Habana. En síntesis, el uribismo quiere manejar el país no solo en los próximos cuatro años, sino como dice un amigo, durante los veinte siguientes, con la agenda que todos conocen, aunque un poco retocada.

 

Afirman fuentes no oficiales que ya no hablan de Seguridad Democrática sino de recuperar la familia. Una colombina para Ordóñez y los grupos cristianos.

 

Ahora bien, el resto de la ciudadanía que votará en las próximas elecciones se enfrenta a un número insólito de precandidatos a la Presidencia, todos con sus respectivos méritos que nadie desconoce.

 

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Sin embargo, ninguno, ni siquiera los uribistas tienen la posibilidad de llegar solos a la primera vuelta y mucho menos a la segunda. Así como los uribistas ya hicieron coalición y tendrán un solo candidato elegido por su jefe, lo obvio sería que la contraparte también buscara una coalición para escoger uno solo para la contienda electoral, como lo sugiere Tokatlián en su artículo reciente.

 

Pero sinceramente eso es imposible porque todos, llenos de vanidad, creen que podrán ganarle a los demás. Grave error.

 

Los demócratas que creen en la paz y quieren iniciar el proceso de transformación de este país, tienen una oportunidad única en la historia reciente y no pueden llegar desunidos porque los muelen, por lo que es fundamental empezar a identificar algunas de esas características irremplazables que debe tener ese candidato o candidata presidencial a elegir de este grupo.

 

Primero, tiene que sentir el proceso de paz como propio y entender lo que ha sido este cruento conflicto. Es decir, la agenda del Acuerdo Final entre Gobierno y Farc debe ser su prioridad.

 

Segundo, como esto implica iniciar transformaciones sin las cuales es imposible hacer de Colombia un país pujante, equitativo y en paz, tiene que estar dispuesto a enfrentarse a los poderosos enemigos de estas transformaciones económicas de esta nación.

 

El costo que está pagando el presidente Santos por buscar la paz con las Farc, es nada frente al que sufrirá quien se comprometa a acabar con la absurda concentración de la tierra, del ingreso y de la riqueza en esta sociedad. Solo una personalidad fuerte que no le preocupe su futuro, sino dejar esta invaluable huella, podrá enfrentar la terrible oposición que tendrá de los poderosos de siempre.

 

Tercero, no puede llegar cobijado por ninguno de estos desprestigiados partidos políticos que tenemos.

 

Sin desconocer los méritos de ninguno, mujeres y hombres, que han tenido el valor de lanzarse a esta contienda presidencial, el único que puede cumplir con esas tres condiciones es Humberto de La Calle.

 

Está terminando su vida pública, puede gastarse el capital político que tenga y nadie como él conoce la negociación con las Farc y las características de esta cruenta guerra, que la población urbana de este país no le da la gran importancia que requiere.

 

Contaría con el apoyo de sectores importantes de esa clase media que no vota, que no cree en la política y también de sectores de bajos ingresos con preocupaciones similares. Lo único que le falta es independizarse de ese desgastado Partido Liberal que esta tan agonizante como el socialismo francés.

 

La única manera de enfrentar este peligroso uribismo, es que Humberto de la Calle sea un candidato de esa sociedad civil progresista y demócrata, que quiere que este país cambie para bien.

 

Solo así se enfrentará con éxito a los sectores que creen que la paz solo se alcanzaría con más años de guerra y cuyo resultado debe ser poder ir a sus fincas, que la justicia se puede pasar por la faja y que ellos sean los buenos. Por eso, pilas Humberto, no se someta a la consulta del Partido Liberal porque se quema.

 

Envíenos una señal, y con seguridad y con la ayuda de los otros precandidatos de esta línea de pensamiento, se logrará enfrentar al uribismo. Si no es así, que Dios nos coja confesados.

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