Por Hernando Flórez Anaya
Los últimos acontecimientos de violencia acaecidos en la ciudad, llenaron la copa de la sociedad civil y de las instituciones. Llegó la hora de hacer más que Consejos de Seguridad.
Si una ciudad quiere ser próspera y sostenible, debe ser competitiva; para ello se requiere un estado fuerte que haga que se cumplan las leyes, hay que lograr la dificilísima combinación de la inversión social y el cumplimiento de la ley.
No tendremos mayores oportunidades si volvemos a ser una ciudad violenta, donde los bandidos de todos los pelambres y enjambres se paseen por la ciudad, generando zozobra y desconcierto, llenando de miedo y temor a la ciudadanía en general. Necesitamos acciones y golpes contundentes contra los bandidos que se quieren tomar la ciudad.
Apoyamos al Gobierno Municipal y a las autoridades policivas, pero ellos deben entender que la gravedad de la situación está alterando en la ciudad la confianza de inversionista y, lo peor, la ciudadanía empieza a presentar signos de cansancio en la espera. No se entiende cómo hay fortaleza para combatir el mototaxismo y no la hay para combatir a los delincuentes, si bien son dos problemas diferentes, ambos requieren de un estado y una policía diligente.
La magnitud de este problema no la puede asumir solamente la ciudad, gran parte de esta situación corresponde al momento y a las inversiones que se están efectuando en la región.
Debemos exigirle a la Nación su participación en la solución, más fuerza policiva, más inversión en inteligencia militar, más cámaras de seguridad y una justicia acorde a la dimensión de la región, es decir, si tenemos Policía del Magdalena Medio debemos tener Fiscalía de esa misma magnitud.
A estas acciones debemos agregarles la colaboración ciudadana, si no nos sensibilizamos y colaboramos con las autoridades, los delincuentes nos van a secuestrar en nuestra propia ciudad.
Hoy, más que nunca, debemos unirnos para detener a los violentos y exigirle al Gobierno Nacional que le responda a Barrancabermeja inmediatamente, con la responsabilidad que tiene el Estado.
Si deseamos oportunidades, si no queremos repetir nuestra historia, debemos repudiar enérgicamente lo que está pasando, el problema es de todos y todos debemos y podemos colaborar, no nos quedemos inmóviles esperando que nos quiten la tranquilidad. Que esta bonanza no sea una borrachera más de las que nos metemos cada vez que hay inversiones en la región, porque si no colaboramos tendremos 30 años de guayabo terrorista nuevamente.