Por: Jorge Enrique Yepez Atencio.
La paz, una palabra tan fácil de pronunciar en nuestro idioma.
Solo tres letras que si aplicamos su significado la alcanzaremos en los próximos años, especialmente si comprometemos a la nación, a todo su ordenamiento jurídico y a los más de 45 millones de colombianos, agregando en esta cifra a los militantes de la izquierda extrema (y su aparente contraparte la extrema derecha) y por supuesto, incluyendo a personajes de mente adoctrinada para mantener latente odios, obsesiones, intereses oscuros alimentados por reminiscencias del poder ostentado ayer, que no quieren que bajo ninguna circunstancia por fuera de su «yo soy el único que puede darle la paz a Colombia». Aún así, creo podemos lograr la paz.
Si bien es cierto que la tan anhelada paz no se logra de un momento para otro, es posible que si se dan pasos sinceros, sin cartas escondidas en la manga de la camisa, sin tanto condicionamiento, sin francotiradores, sin lanza palos a la rueda, sin repetir lo discutido en Tlaxcala, El Caguan, La Habana, por solo nombrar éstos lugares, se podrá encaminar la marcha con pasos medidos, seguros y firmes a la meta final que no es otra, que la de la convivencia entre todos los colombianos.
¿LA PAZ CON QUIEN?
Todo apunta a negociarla con las FARC. ¿Pero y el ELN?, ¿los Rastrojos?, ¿los Urabeños?, ¿las AUC?, ¿las Bacrim?, ¿los narcotraficantes? , ¿Los que extorsionan desde las cárceles?, ¿los carteles de la contratación?, ¿los carteles de la salud?, en general todos aquellos que se benefician de las difíciles condiciones que vive nuestro país.
Me pregunto: ¿Por qué nadie se pronunció cuando en las desmovilizaciones de las Autodefensas se entregaron más hombres que armas?, además unas armas que si bien son mortíferas, muy parecidas a las chispún, no son las indicadas para una guerra irregular como la que ha sacudido a Colombia por más de medio siglo. O estas organizaciones mantenían reserva de hombres en el banco como si se tratara de un partido de Futbol?
Algunas estadísticas señalan que hay más de 100.000 desmovilizados. Al inicio de la desmovilización se consideró que existían unos 35.000 efectivos de la guerrilla y no menos de 20.000 en las AUC.
¿EN QUÉ MOMENTO SE MULTIPLICARON POR DOS?
De momento da la impresión de un ‘NO’ enredado entre los vericuetos de nuestra legislación, por lo que pienso hay muchos intereses afectados si se da la paz.
Todo parece una cadena cuyos eslabones se identifican. Por ejemplo, si se acaba con la producción de narcóticos, qué oficio tendría la DEA aquí en Colombia, que oficio los cuerpos antidrogas criollos, el alto número de efectivos de la policía y soldados profesionales, la alta consejería para la paz de la ONU y su similar colombiana, los productores de insumos y pare de contar.
Por la paz y la tranquilidad de nuestros conciudadanos y como dice un bambuco «para que se pueda volver a pescar de noche», vale la pena que ahora otros sean los que se sacrifiquen a favor de los más de 45 millones de colombianos incluidos quienes aún continúan «obsesionados con el ayer» sin querer aceptar la realidad de lo que significa la palabra «ex».
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
JORGE ENRIQUE YEPEZ ATENCIO es un comunicador social egresado de la UNAD (Universidad Abierta y a Distancia), con más de 50 años de experiencia en los medios de comunicación de Barrancabermeja. Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx