Por: Dario Echeverry Jr.
Hace más de una década entramos al siglo XXI y pareciera que este nuevo siglo ha tocado solo una parte de la ciudad, y la mayor parte sigue en el siglo pasado, anclada allí y añorando esos tiempos. Y no lo digo solo por los aspectos tecnológicos o por el acceso a servicios básicos, es más bien una especie de temor o incapacidad de mirar hacia adelante, casi patológica, que impide que sigamos amarrados a unos tiempos pasados que no necesariamente fueron los mejores. Las décadas anteriores a las que muchos aun recuerdan y añoran fueron de tristeza e incertidumbre, de poco o nulo desarrollo y de grandes problemas y tragedias. Y eso es más profundo y desconcertante cuando se mira el quehacer político actual, pues cuando más se necesita proyectar y desarrollar, pareciera que se mirara hacia atrás.
La ciudad esta ante grandes retos, los megaproyectos, como la ampliación de la refinería o los proyectos de infraestructura, demanda una clase política preparada, comprometida y dinámica que ocupe los cargos públicos para que el Estado a nivel local este a la altura de las nuevas realidades y retos que presentan las actuales condiciones económicas y sociales, y las que están por venir en los próximos años.
Barrancabermeja está cambiando rápidamente y necesita una clase política que conozca esos cambios y que pueda responder de manera rápida a las necesidades y ambiciones que la población tiene producto de esos cambios. Y además, que pueda sostener una dinámica económica que se viene afianzando en este municipio, con riqueza a la que muchos sectores sociales aspiran obtener una parte para su bienestar y el de sus familias.
La realidad es simple, es necesario que los ciudadanos con su ejercicio libre y en el marco de la democracia, elijan pensando en que clase política quieren tener, quieren que gobierne y administre su ciudad, quieren que afronte los retos económicos, ambientales, sociales y administrativos que se vienen en los próximos años. La ciudadanía esta ad portas de fundar un nuevo proceso político, ya que hasta el momento el ejercicio electoral anterior no construyo nada en términos de política local, lo que hace ver la importancia de estas elecciones no solo para los próximos cuatro años, sino para el futuro a mediano plazo.
Barrancabermeja debe pensar en elegir una clase política que realmente represente sus intereses y afronte todos los retos que se vienen, algunos positivos como las obras en Ecopetrol o la vía Yuma, otros negativos como la reducción de las regalías o la pobreza e inequidad. Esa es la verdadera elección.