Por: Horacio Serpa
Estás atareado con la campaña política, tratando de lograr apoyos para ser elegido Concejal de Bogotá. Es una gran responsabilidad que va más allá de la sola elección.
Me alegra que llegues a la política sin muletas. Me dijiste que no querías ser un delfín, sino salir adelante por tus propios esfuerzos. Comenzaste bien, sin necesidad de intrigas ni imposiciones. Con la seriedad que te conozco, con tus amigos, con tus propósitos, aceptaste el reto y trabajas con tesón para salir adelante. ¡Enhorabuena!
Esta oportunidad se te presenta cuando ya no tengo proyectos electorales por realizar, lo que nos da una tranquilidad enorme. No quiero decir que me vaya a retirar de la política, que practicaré hasta el último minuto, como es mi deber, pero sin participar en elecciones en busca de dignidades gubernamentales.
Sabes que no soy amigo de las dinastías políticas. Los deberes que me quedan por cumplir en Santander como gobernador no coincidirán por tu próximo ejercicio político. Tampoco hay coincidencia de circunscripciones y sabes que, como lo has querido, no intervendré para nada en tu elección. Ni siquiera podré votar por ti, pues sufragaré en Santander. Algún amigo de los que tengo en Bogotá te apoyará en mi nombre.
Representarás al Partido Liberal, de gran tradición y enormes valores ideológicos, vigentes como nunca. Pertenecer a un Partido es un compromiso que se honra respetando su trayectoria, acatando sus directrices, acogiendo sus directivas, practicando sus postulados y siendo fiel a su doctrina. Te brindaron la oportunidad de encabezar la lista lo que te obliga, más que a nadie, a representar a la colectividad y a su militancia con dignidad y orgullo, al lado de importantes compañeros a los que debes lealtad y solidaridad.
Pero especialmente representarás a la comunidad Bogotana y a una ciudad que espera mucho de sus próximos gobernantes y de los nuevos líderes. Es una responsabilidad enorme.
La política es la más importante de todas las actividades, pues de su buen ejercicio depende la correcta marcha de la sociedad, la vigencia de la democracia y el bienestar de la gente. Es impredecible, generosa e ingrata, intensa, permanente, apasionante, pero se encuentra en franco desprestigio. Tu incursión en ella significa lo nuevo, lo transparente, lo altruista. La gente rechaza la vieja política de la trampa, la marrullería, la demagogia, la corrupción, los beneficios personales.
En la política no caben los negocios. Colombia reclama políticos honestos.
Es lo que quieres y lo que muchos esperamos de tu formación y de tu juventud. Pero no basta ser joven. A esa inigualable condición de juventud, lo sabes y lo practicas, hay que aportarle estudio, seriedad, responsabilidad, consagración, sacrificio y un ejemplar comportamiento en lo público y lo privado, que no se pueden separar. Y acatar la ley, respetar lo institucional y profesar los mejores valores cívicos.
Tu mamá, Sandy y Andrés, Rosita, tus sobrinitos y toda la familia, nos sentimos orgullosos de ti y de tu nueva actividad. Éxitos y bendiciones.
Papá
Bucaramanga, 5 de Julio, 2011