Por: Hernando Flórez Anaya
Parece que la única manera de hacernos sentir en el tema de la reforma a las regalías, es haciendo un “paro cívico” para que no nos tomen más el pelo y sepan que para nuestra ciudad este asunto es en serio.
A nosotros los barranqueños medio país nos tilda de revoltosos y sindicalistas, nuestra vena beligerante y contestataria ha venido diluyéndose en frases conciliatorias muy bien intencionadas, que han logrado muchas cosas, pero definitivamente cuando las opciones se acaban, hay que buscar otra estrategia.
Hasta ahora, hemos hecho un gran esfuerzo pedagógico y de convencimiento para que los ministros y representantes del Congreso de la República entiendan que nuestro departamento y Barrancabermeja pueden verse afectados de manera negativa si la reforma que promueve el Gobierno sale avante. Sin embargo, a lo que hemos escuchado son discursos “veintejulieros” que se ven desdibujados cuando a la hora de votar se trata, una cosa dicen durante las sesiones y otra cosa muy diferente demuestran a la hora de votar. Lamentable pero así es, de nada han valido todos los esfuerzos de nuestro gobernador, Dr. Horacio Serpa Uribe, porque a la hora del té los congresistas toman café.
Así las cosas, nos va tocar recurrir a nuestras viejas prácticas de reclamación, que si bien causaron tanto malestar, también es cierto que muchas de ellas fueron efectivas para hacer notar nuestros problemas y lograr la atención inmediata a los mismos.
Nuestra sociedad no puede seguir impávida mientras la despojan de sus ingresos, pues con esos recursos se han hecho importantes aportes al mejoramiento de la educación, la salud, el medio ambiente, la recreación y muchas actividades sociales más que han impactado y mejorado la calidad de vida de nuestros habitantes.
Hace años nos embolataron el pago del pasivo ambiental generado durante mucho tiempo por los estragos causados a nuestro medioambiente, ahora nos quieren despojar de las compensaciones que por ley le corresponden a nuestra región, y con el pretexto de la corrupción, le quieren dar una puñalada mortal a la descentralización del país y devolverlo a los tiempos en que desde las frías y lejanas oficinas de Bogotá se tomaban las decisiones de nuestra ciudad. Volver a ese colonialismo es una idea absurda y desmejoraría los avances democráticos que el país ha alcanzado. Insisto, cercenar las regalías es condenar a nuestra región, no se puede pretender hacer justicia distributiva con base en el perjuicio de las regiones.
Si no se resuelve este inconveniente el clima de Barrancabermeja no será el mejor para su desarrollo, es lamentable que la única manera de ser escuchados sea a través de actos que paralicen el normal funcionamiento de nuestras actividades, pero si esta forma de protesta es la única manera de ser escuchados y prender las alarmas, entonces no nos queda más remedio que hacer un paro cívico, con la participación de todos los estamentos de la ciudad, para que se tomen en cuenta nuestro justos y bien sustentados reclamos hechos por nuestro gobernador, en todos los escenarios a este proyecto.
Por eso todos y todas debemos unirnos en la causa de salir a protestar contra el proyecto de cambiar la distribución de las regalías, esto no es un acto de egoísmo, es un acto de justicia y de ética; si permitimos que hoy nos quiten las regalías mañana nos quitaran los pagos de industria y comercio de la refinación y quién sabe qué más, por eso, todos los barranqueños unidos, debemos salir a protestar por encima de nuestras creencias y militancias políticas, de paso queremos ver a los que hoy se proclaman candidatos a las corporaciones públicas, tomar posiciones claras y firmes que demuestren que por encima de todo está Barrancabermeja y sus habitantes y no los intereses personales de ciertos dirigentes. No me cabe la menor duda, esta lucha no se gana desde el congreso, más bien la única opción de ganarla es metiéndole unión, solidaridad y pueblo, y en ese propósito debemos estar todos, y cuando digo todos es “todos”, esa es una cita histórica ineludible.