Por: Horacio Serpa Uribe
El gobierno nacional presentará en breve su política de seguridad ciudadana, entendida por tal la estrategia para combatir el delito en las ciudades, incrementar la vigilancia y el control, aplicar políticas eficaces de prevención, crear mejores condiciones de tranquilidad en la gente y propiciar altos niveles de convivencia.
Necesario propósito que fue expuesto por los Ministerios del Interior, Defensa y Policía Nacional, a Gobernadores y Alcaldes, para conocer opiniones, sugerencias, observaciones, a la luz de las experiencias que los actuales mandatarios hemos tenido durante los tres años de gobierno.
Se trata de una propuesta seria, bien estudiada, coherente, integral, que busca frenar el crimen urbano, confrontar a la delincuencia organizada, prevenir la ilegalidad, formar mejor a la juventud, impulsar programas de cultura ciudadana y propiciar un clima de confianza entre los asociados, como hoy se reclama a gritos.
Ello no entraña abandonar las acciones que se cumplen en la Colombia rural, en donde se han logrado importantes éxitos, sin que hayan desaparecido la guerrilla ni las bandas herederas del paramilitarismo. Tampoco se abandonará la lucha contra el narcotráfico, al contrario, su accionar, sus perversas actividades, son causa de mucho de lo que se trata de corregir.
Esta nueva política de seguridad entraña coordinación esmerada entre los diferentes niveles de autoridad, solidaridad decidida de la ciudadanía, y respeto a los derechos humanos y a las garantías ciudadanas.
Las formulaciones y procedimientos que se pondrán en marcha imponen la necesidad de desarrollar al mismo tiempo una eficaz labor en el campo social. El bienestar está directamente relacionado con la convivencia, en la misma medida en que lo está la pobreza con la inconformidad y en cierta medida con factores que en algunos sectores propician ilegalidad y delincuencia. Mi abuelita decía: “cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana”.
Importantísima la participación de la Justicia. Un buen entendimiento entre la Rama Judicial y la Ejecutiva es indispensable para el buen éxito de la estrategia.
Fundamental todo lo relacionado con valores, principios, comportamientos, actitudes, formación cívica, desde la casa, en los colegios, en la comunidad. Recordemos: “árbol que crece torcido, no se endereza jamás”.
Considero necesario fortalecer el Ministerio del Interior. Es el Ministerio de la ciudadanía, de la participación, de los derechos ciudadanos, de la democracia, con el encargo del orden público y la convivencia. La Institución que reemplace al DAS, debe adscribirse al sistema del Interior.
Lo mismo la Policía Nacional, cuando el país decida devolverle su condición natural de ser una Institución armada de naturaleza civil. A eso debiéramos llegar pronto, sin pretender que de un momento a otro abandone las sacrificadas tareas que cumple en la lucha contra la subversión y el narcotráfico. Pero habrá que hacerlo.
La Policía es la Institución más acreditada del País. Todo el mundo la quiere y la aclama. Siendo la autoridad más próxima al ciudadano, debe estar muy al frente de su seguridad. Las ciudades la reclaman en su auténtica esencia.