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La vena rota de los adicionales

Sample ImagePor: Hernando  Flórez Anaya

Está haciendo carrera una nueva modalidad de corrupción, y es, ni más ni menos, que la inusitada y creciente forma en la cual todas las obras contratadas en la Administración Municipal terminan con cuantiosos adicionales que se deciden de manera poco clara, o por lo menos, con poco o casi ningún rigor técnico.

Parece ser que a la reforma a la ley de contratación del estado, le ha venido apareciendo como a todas las leyes que se hacen para corregir problemas, una forma cada vez más sofisticada de burlar los mecanismos de control, y de paso beneficiar a unos pocos sin mucho escándalo, como quién dice, “pasando de agache”.

Se supone que si una obra se desprende de un proceso en el cual, de manera concienzuda se hace un proyecto, lo lógico es que este contenga elementos claros y contundentes en cuanto a la necesidad que la generó, el beneficio de la misma y el costo que ella tiene para la Administración municipal.

Lo preocupante es que cada vez más y de manera sistemática, las obras de la Administración Municipal, vienen realizándose de manera desacertada, los presupuestos no cuadran, como tampoco cuadran los tiempos de ejecución y todo esto termina en la aprobación de recursos adicionales para las obras contratadas.

No es conveniente que se piense que, de manera premeditada, estas obras son subvaloradas en sus precios, con el único y macabro fin de duplicar o terminar pagando muchísimo más de lo que se presupuestó, a punta de adicionales a los contratos, en proyectos en los cuales se debió tener el cuidado y el tiempo para planearlo, presupuestarlo y ejecutarlo dentro de los tiempos y recursos previstos.

No quisiera uno tener que invocar la frase del gran filosofo felino, Garfield, cuando dice: “Piensa mal y acertaras”. Hay muchas dudas acerca de cómo y de qué manera se adjudican adicionales a las obras que se están ejecutando actualmente en el municipio, pues no deja de ser vergonzoso, que si un proyecto se prepara con muchos meses de anticipación, la planeación, la ejecución y los recursos asignados, terminen no solo siendo insuficientes, si no que de forma poco clara se asignen adicionales que sobrepasan no solo el 30% sino que incluso algunas veces superen el 50% del valor del contrato inicial.  Esto es realmente una situación que amerita rápida y oportunamente una revisión exhaustiva por parte del alcalde municipal, Dr. Carlos Contreras López.

No se puede seguir dejando, en el mejor de los casos, la percepción de improvisación, o lo que es peor, que dicha improvisación está favoreciendo a algunos particulares, con la complicidad de la poca rigurosidad en los controles, por parte de quienes están haciendo adicionales de manera indiscriminada.

No parece adecuado que una Administración Municipal que le ha apostado todo a la transparencia en el manejo de los recursos públicos, deje que prosperen este tipo de percepciones a todas luces son inapropiadas.

No cabe duda de que se pueden presentar casos en que las obras, sobre todo las públicas, requieran en el transcurso de su ejecución recursos adicionales para su cabal terminación, pero no deja de mandar un mensaje equivocado y contradictorio, el hecho que, teniendo los proyectos  un largo proceso de maduración en planteamiento, formulación y ejecución, sistemática y constantemente, todas estas obras terminen con adicionales otorgados sin la misma rigurosidad y tecnicismo con los que son presentados los proyectos.

La Administración Municipal debe aclarar públicamente cada uno de los adicionales que se vienen otorgando a las obras de construcción y de vías que se están haciendo en nuestra ciudad, así como sus motivaciones y las consecuencias que podría tener para el desarrollo de otras obras que podrían requerir recursos y que se podrían ver afectadas por este singular fenómeno.  Toda esta situación merece una explicación, pero no solo para justificar las razones para otorgar dineros adicionales, sino para aclarar, si estas obras obedecieron a proyectos debidamente formulados y evaluados, por qué estos proyectos se han desbordado de manera descomunal en el presupuesto y la ejecución.

Todavía está a tiempo el Gobierno Local, si realmente se quiere mandar el mensaje correcto, de tomar las medidas pertinentes para subsanar esta situación; indudablemente hay que salir a disipar las innumerables dudas que a diario se oyen con respecto al manejo de estas obras y de los recursos  públicos utilizados en ellas.

 

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